Identificados 13.000 nuevos fármacos potenciales contra la malaria

Los investigadores del centro que GSK tiene en Tres Cantos (Madrid), capitaneados por José Francisco García-Bustos , hicieron una búsqueda que duró más de un año hasta dar sus frutos. La caza de nuevos principios activos se realizó en la colección de más de dos millones de sustancias que posee la propia farmacéutica.

Al final, se identificaron 13.500 compuestos que tenían alguna actividad para luchar contra el parásito más común de la malaria, el «Plasmodium falciparum» . Pero, lo que es más importante, 8.000 son activos contra la cepa del parásito que resiste a los fármacos actuales y no son tóxicos, aunque aún es pronto para decir que son seguros para uso humano. «En la mejor de las situaciones, necesitaremos cinco años para obtener un medicamento de esta colección», explicó a ABC García Bustos.

Desde el hallazgo de los nuevos compuestos al desarrollo de fármacos para la malaria queda aún un largo camino que GSK no recorrerá en solitario. La compañía brinda a la comunidad científica su descubrimiento. El centro de Madrid se ha convertido en un «laboratorio abierto» para que los investigadores y organismos interesados puedan investigar allí, utilizar sus infraestructuras y también su colección de fármacos potenciales para la malaria. GSK se reservará sólo dos compuestos de los 1.300 identificados.

Se buscan tratamientos baratos y eficaces

La gran mayoría de estos potenciales medicamentos se quedará en el camino. «Si al final salieran media docena de tratamientos yo sería un hombre feliz», asegura el autor principal de la investigación.

La búsqueda de nuevos fármacos para la malaria no es una tarea sencilla. No basta con que sean eficaces y seguros, también deben ser económicos. El tratamiento completo para un adulto durante tres días no debe superar el dólar porque está destinado para poblaciones endémicas, la mayoría empobrecidas. En los últimos diez años no se ha desarrollado ningún nuevo fármaco de síntesis para esta infección que causa estragos en África. La artemisina es el único principio activo que aún es efectivo y quizá por poco tiempo.

En el sudeste asiático ya se han detectado casos de fracaso terapéutico. La última línea de defensa empieza a caer.