Extraños polígonos aparecen sobre la superficie de Marte

Pero no se trata de una muestra de tecnología alienígena, ni tampoco de una extraña manifestación de alguna forma de vida subterránea, sino de un proceso totalmente natural. Según explica la NASA, tanto los zig zags como los coloridos aerosoles son algunas de las características distintivas de la primavera marciana , cuando los depósitos ocultos de hielo subterráneo entran en contacto con la reseca superficie del planeta.

"Tanto el agua como el hielo seco -escriben los investigadores en un comunicado - tienen un papel importante a la hora de esculpir la superficie de Marte en latitudes altas”.

Los bordes de estos polígonos, las líneas blancas de la fotografía, son en realidad pequeños surcos que se forman en primavera cuando el hielo superficial pasa de ser sólido a gaseoso, un proceso conocido como sublimación. "La capa de hielo seco que cubre la superficie -prosiguen los científicos- desarrolla orificios de ventilación que permiten que escape el gas. El gas arrastra finas partículas de material, que erosionan aún más los canales. Las partículas caen a la superficie en depósitos oscuros en forma de abanico. A veces, esas partículas oscuras se hunden en el hielo seco, dejando marcas brillantes donde originalmente se abrieron los ventiladores".

Además, un único respiradero de hielo puede abrirse y cerrarse varias veces, rociando partículas en diferentes direcciones a través de la superficie marciana, según la dirección del viento. Es por eso que algunas áreas muestran varias rayas claras y oscuras diferentes que parecen salir de un solo respiradero. Tanto los abanicos como los polígonos pueden permanecer durante muchos años, deformando lentamente el paisaje marciano a medida que el hielo se expande y se contrae con el paso de las estaciones.

En resumen, un proceso estacional que puede resultar curioso, pero que no puede relacionarse de modo alguno con la presencia de vida presente o pasada en Marte.

Tanto es así que, según un nuevo experimento de la NASA, los rastros de vida que tan afanosamente se buscan en Marte podrían estar a una profundidad mucho mayor de lo que se creía. Por lo que es posible que los rovers que perforan la superficie marciana tengan que profundizar hasta dos metros para encontrar vida antigua. ¿El motivo? La radiación ionizante del espacio degrada moléculas pequeñas (como los aminoácidos, cuyo hallazgo en Marte se consideraría como un signo de vida) con relativa rapidez.

"Nuestros resultados - explica Alexander Pavlov, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland- sugieren que los aminoácidos son destruidos por los rayos cósmicos en las rocas de la superficie marciana y el regolito a un ritmo mucho más rápido de lo que se pensaba. Las misiones actuales del rover de Marte profundizan en el terreno hasta aproximadamente cinco centímetros. Y a esas profundidades, se necesitarían sólo 20 millones de años para destruir completamente los aminoácidos”.

20 millones de años, en efecto, es una cantidad de tiempo relativamente breve porque los científicos están buscando evidencia de vida que habría estado presente hace miles de millones de años, cuando Marte se parecía más a la Tierra.

Estos resultados, publicados en la revista 'Astrobiology' , obligarán a plantear una nueva estrategia de búsqueda para las futuras misiones que quieran encontrar rastros de vida en Marte. Si queremos encontrarla, habrá que cavar mucho más profundo.