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«Nature»

Caín está en nuestras raíces

La violencia letal entre humanos pudo haber sido heredada de los ancestros que compartimos con los primates

Esta conducta mortal en nuestra especie es seis veces superior a la media de los mamíferos

Judith de Jorge Gama

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Es el eterno dilema. ¿El hombre es un lobo para el hombre, como defendía el filósofo del siglo XVII Thomas Hobbes o un buen salvaje en origen, fatalmente corrompido por la civilización que ha construido, como propugnaba un siglo más tarde Jean-Jacques ... Rousseau? La investigación que publica esta semana la revista «Nature» puede ayudar a arrojar luz sobre el asunto. Un equipo de cuatro investigadores liderado por José María Gómez, científico de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) , en Almería, ha utilizado un método estadístico que compara la incidencia de la violencia letal cometida dentro de nuestra propia especie, el Homo sapiens, a lo largo de su historia, con la que ejercen otros mamíferos entre sí. Y en nuestros comienzos no éramos precisamente pacíficos. El hombre de las cavernas agredía a sus congéneres hasta la muerte tanto como los grandes simios, por lo que es muy posible que hayamos heredado esa conducta violenta de nuestros ancestros comunes a lo largo de la evolución. A Rousseau se le ponen las cosas difíciles.

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