ERC recula en la desobediencia civil ante el empuje del populismo insurreccional
Los republicanos temen ser fagocitados por la Asamblea Nacional Catalana o la CUP, y perder legitimidad internacional
maría jesús cañizares
Entre el llamamiento a la desobediencia civil de Oriol Junqueras y el desmarque que la secretaria general de ERC, Marta Llorens, ha hecho de esta propuesta insurreccional solo han pasado dos semanas, pero muy intensas. Durante ese período se han celebrado la Diada, el ... Debate de Política General y la reunión entre el líder republicano y el presidente catalán, Artur Mas. Y más allá de las llamadas al orden que el dirigente nacionalista pudo hacer a Junqueras, cuya batalla contra el Estado de Derecho choca con la aparente legalidad invocada por Mas, lo cierto es que los republicanos temen ser fagocitados por plataformas y partidos abiertamente insurreccionales y/o antisistema como pueden ser la Asamblea Nacional Catalana (ANC) o la Candidatura de Unidad Popular (CUP).
ERC aspira a ser partido de gobierno y, según las encuestas de intención de voto, tiene bastante posibilidades de serlo. Pero, haya o no consulta el 9 de noviembre, haya o no adelanto electoral, lo cierto es que las mayorías parlamentarias no están decididas y el empuje de plataformas sociales reconvertidas en partidos parece imparable. ICV-EUiA está sufriendo la embestida de Guanyem, que es la marca catalana de Podemos. Los postulados populistas de esta formación están comiendo terreno a los ecosocialistas, que a su vez han encontrado en CUP un duro adversario parlamentario. ERC no quiere que le suceda lo mismo con la ANC, que de momento no ha confirmado su intención de convertirse en partido político , pero está dispuesta a crear su propio gobierno y parlamento para conseguir una declaración unilateral de independencia si las formaciones tradicionales no la proclaman si fracasa el 9N.
A pesar de que en la Diada se oyeron y leyeron consignas en favor de la desobediencia civil, ERC no apoyó las resoluciones presentadas por la CUP en este sentido en el Debate de Política General celebrado la semana pasada en el Parlamento autonómico. La presión internacional también ha influido en los independentistas a la hora de admitir, a través de su número dos, Marta Llorens, que abogar por la desobediencia civil es un error. Hasta ahora, CiU y ERC se habían conjurado para llevar a cabo un proceso secesionista impecable para ganar legitimidad y demostrar a la comunidad internacional que todos los pasos que se han seguido se han mantenido en cauces pacíficos. Junqueras, que fue eurodiputado, es consciente de ello.
A Mas no le agradó la soflama anárquica de Junqueras, convertido en una mala copia del independentismo insurgente. Y al igual que le ocurrido al líder de CiU, al que le ha pasado factura electoral su pseudoindependentismo, ERC sabe que los ciudadanos prefieren el original a la copia.
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