In-Edit 2014, un festival de Oscar

«Si este año se lo dan a Nick Cave nos volvemos locos», bromea Cristian Pascual, director del festival. «Lo bueno de todo esto es que ha ayudado a darle una mayor visibilidad al género », añade el responsable de una cita que, galardones al margen, llega a su XII edición con la intención de seguir haciendo historia como única cita dedicada por entero al documental musical. Y si además cae otro Oscar, mejor que mejor.

Oportunidades seguro que no faltan: hasta el próximo 2 de noviembre, medio centenar de películas se agolparán en los cines Airbau y Aribau Club para explorar las relaciones y trasvases entre música, política y creación, y tratar de explicar diferentes realidades sociales a partir de títulos dedicados a los mariachis mexicanos («Mateo»), el hip hop como tabla de salvación («Broken Song»), el coleccionismo compulsivo y bizarro («Jingle Bell Rocks!»), el rock vasco («160 metros») o la historia de la música improvisada («Taking The Dog For a Walk»). Una nueva ración de documentales musicales capaces de trascender su dimensión estrictamente sonora para transformarse en una muestrario de historias asombrosas y didácticas revelaciones. «Sí que es cierto que la sección oficial tiende cada vez más hacia películas aparentemente pequeñas y un poco al límite», apunta Pascual.

Así, la XII edición del festival recorre los días secretos de Joe Strummer (The Clash) en Granada con «I Need A Dodge», examina con lupa la trayectoria de Spandau Ballet con «Soul Boys And The Western World», ahonda en la crisis existencial de la banda de punk Autodestrucció en «Un lloc on caure mort» y captura el majestuoso renacimiento de los Dexys de Kevin Rowland para acabar desembocando en un homenaje a Frank Scheefer. El realizador holandés, autor de «Conducting Mahler» y especializado en los viajes de ida y vuelta entre música clásica y experimental, verá proyectados sus documentales «Franz Zappa-Phase Two-The Big Note», «How To Get Out The Cage» (una exploración del universo creativo de John Cage) y «Gozaran» (sobre el nacimiento de una orquesta de música clásica en Irán). «La presencia de Scheefer nos permite llegar a un público que quizá aún veía el festival con un poco de recelo, asociándolo a un tipo de música muy concreto», resalta Pascual.

Asentado ya como producto de consumo cultural más o menos masivo -el año pasado pasaron por el festival 30.000 personas y a una semana del arranque ya se habían agotado las entradas para algunas de las sesiones-, en el In-Edit también hay espacio para los artistas de mayor tirón comercial, papel que en esta ocasión desempeñan Nick Cave, que presenta «20.000 Days On Earth», docudrama que se aproxima desde la ficción al proceso artístico del australiano y que cerrará el festival; y Pulp, de quienes se podrá ver una pieza sobre su relación con Sheffield en «A film about life, death & supermarkets».

Las penurias de la banda de metal Lamb Of God, la gestación del «Illmatic» de Nas y el «Tubullar Bells» de Mike Olfield, la exhumación de los ignotos Miller Miller Miller & Sloan y la aventura americana de Gruff Rhys, líder de los galeses Superfurry Animals, completan la ruta audiovisual de un festival que refuerza también las actividades paralelas con actuaciones en directo, master classes e incluso un programa de radio.

Especialmente satisfechos están los responsables del festival de haber podido apuntalar la vocación multipantalla de una cita que vuelve a programar en Madrid, Bilbao y Pamplona, donde entre el 23 de octubre de noviembre y el 2 de noviembre se podrán ver los documentales de Nick Cave, Spandau Ballet, Pulp, The National, Frank Zappa, Joe Strummer, Fela Kuti, el sello Sarah Records y el hardcore.