El Museo Picasso de Barcelona hace un «revival» de sus 79 exposiciones
El centro despide así los actos de celebración de sus bodas de oro
m. güell
Las bodas de oro de la pinacoteca son una buena excusa para recopilar los carteles, los catálogos y todo el material que han generado las 79 exposiciones temporales que han colgado de sus paredes. El trabajo de medio siglo se concentra en tres ... salas donde descubrimos pequeñas joyas como el sorprendente póster de la exhibición “Picasso erótico” de 1979 que diseñó Toni Miserachs y que aúna una foto de Picasso con un dibujo de un hombre con gafas que le da la mano a una estilizada pin-up.
Cronológicamente, el debut fue en 1971, con “Obras de Picasso de la Colección Manolo Hugué”, de la cual no se hicieron ni cartel ni catálogo por su brevedad. Pero la primera exposición temporal de pintura dedicada monográficamente a Picasso no fue hasta 1977 y venía de Madrid porque la organizó la Fundación Juan March. “Fue muy importante porque se reunieron 36 obras del artista consideradas fundamentales en el legado picassiano”, explica Montse Torras, comisaria de este “revival”.
“También hemos querido subrayar que el museo de Barcelona tiene la serie completa de Las Meninas y la mayor obra de su época de juventud. Por este motivo, incluimos en este periplo un óleo de la serie Meninas, un autorretrato de Picasso (1886), una “Escena mitológica” de Joaquín Torres García (1906) y un autorretrato de Monolo Hugué (1901)”, desvela Montse Torras.
En estos años han viajado a la Ciudad Condal obras fundamentales como “Les Demoiselles d’Avignon” o “La vida” que han ayudado a explicar la importancia del pintor malagueño. Pero no hay que pasar por alto las muestras dedicadas a otros artistas y movimientos artísticos que han pasado durante estas cinco décadas para explicar al público una visión del arte del siglo XX con nombres de primera como Paul Klee, Georges Braque, Oskar Kokoschka, Henri Matisse, Henri Laurens, Max Ernst, Malevich, André Derain, Raoul Dufy, Albert Gleizes, Rodney Graham, Degas o Santiago Rusiñol.
Este ejercicio de memoria está acompañado de un material fotográfico donde reconocemos los diferentes montajes. “La retrospectiva de Oskar Kokoschka" en 1987 supuso un punto de inflexión por el incremento de público -recuerda Torras-, y otra de las campanadas fue un año más tarde con la exposición "Les Demoiselles d'Avignon", que el MOMA cedió para la ocasión a los museos Picasso de París y Barcelona”.
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