«Antes había muchas ganas y poca información y ahora mucha información y pocas ganas»

Llegado ese punto, contratas a un grupo de expertos para que descarten a todos los candidatos y se queden con tan sólo uno en cada área, el mejor de cada disciplina. Como tú eres una mujer muy ocupada que apenas tiene tiempo porque necesita encargarse de sus negocios millonarios, comunicas a los expertos que sólo le concederás una hora de tu tiempo a cada uno, y les exiges que condensen todos esos años de investigación y estudio en un resumen ultra sintetizado con las claves más importantes que ellos han descubierto. Ahora hagamos una estimación de qué coste tendría el colosal y hercúleo proyecto. ¿Un millón de euros? ¿Cien millones? ¿Mil millones?

[pausa]

¿Sabes cuánto cuesta eso en el siglo xxi?

[pausa]

Nada.

Los tienes a todos en internet. Están a un vídeo de distancia.

Y por cero euros.

Se han seleccionado solos, se han costeado sus estudios, no con tu dinero, sino con el suyo, se han dejado la piel por entrar en las mejores universidades, se esforzaron cada día de su vida en ser más diligentes y rigurosos que el resto de los candidatos, perdiéndose fiestas, viajes y diversiones, y todo eso ¿para qué? Para que tú pudieras tener ese conocimiento. En tu ordenador. ¡¡¡GRATIS!!!

Ahora viene lo importante. Si esos expertos han hipotecado sus vidas para contarnos sus hallazgos de forma resumida en un vídeo de una hora por internet que debería costar millones pero es gratuito... entonces ¿cuánta gente los ve? Casi todos, ¿no?

Incorrecto.

Casi nadie.

El grupo de los que los ve no llega al 10% de la sociedad. El grupo de los que no los ve supera el 90%. Y el objetivo de este Peldaño es darle la vuelta a la tortilla.

Haz esto:

• Crea un listado no de diez, sino de tres temas que te producen curiosidad.

• Busca libros de autores que hayan escrito sobre esos temas y sean considerados expertos en sus campos.

• No hace falta ni que compres su libro. Lo más probable es que el 80% de lo que necesites saber de su libro lo cuente en una charla de tan sólo una hora.

• Busca esa charla en internet y pulsa sobre el botón «Ver más tarde» (sí, ese botón existe).

La próxima vez que vayas a correr, al gimnasio, o simplemente estés conduciendo tu coche de forma autómata, recupera tu lista de «ver más tarde» y no escuches música. Escucha esa charla. (Ver el vídeo es secundario.)

El hecho de que esos vídeos sean gratuitos hace que la inmensa mayoría del mundo se pase por alto su incalculable valor. El simple hecho de que esos vídeos existan es motivo suficiente para que el conocimiento a nivel mundial se revolucione y, de hecho, ya se está revolucionando, pero sólo entre ese grupo de los que toman la decisión consciente de nutrirse de ellos.

Ya que me has permitido abrirte la puerta a ese grupo (si no eras ya parte de él), ¿me permites ahora lanzarte el reto de mirar tan sólo un vídeo antes de las 23.59 de hoy a fin de decir «oficialmente he dejado de ser parte del grupo que no se nutre del conocimiento gratuito de los genios»? Tan sólo encuentra a tu autor favorito y... cena con él. Online. Por supuesto que no me considero ningún genio, pero aquí te dejo el enlace a los podcasts que comparto con el mundo: . ¿Cenamos?

#LaInteligenciaDelExito

@Anxo