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Natación: cómo iniciarse sin lesionarse y qué beneficios tiene

Es importante aprender la técnica correctamente y no comenzar a nadar sin una preparación previa

Nadar de espalda es la técnica más fácil para comenzar a nadar Adobe Stock

12/12/2020 a las 01:27h.

Elegir un deporte que se adapte a nosotros es complicado: tienen que ser algo que nos guste, que se adapte a nuestras peculiaridades y que seamos capaces de realizar. La natación es una de las actividades físicas más completas: es un deporte atractivo, ... que tiene poco impacto en nuestras articulaciones, con muchos niveles que se adaptan a cada persona y, por lo general, al alcance de casi todos.

Los beneficios de la natación son amplísimos. Héctor Ramírez Ballesteros, fundador y entrenador de Laguz Swimming , destaca en primer lugar que, al ser un deporte que se realiza en el medio acuático, hay un bajo impacto sobre los huesos y articulaciones , esencial para que estos se desgasten menos y se conserven más. Asimismo, menciona el desarrollo de una gran resistencia, pues practicando natación «nuestro organismo desarrolla mayor resistencia gracias al aumento de la capacidad pulmonar y al fortalecimiento de los huesos».

Trabajar todo el cuerpo

Juan Vélez Reznak fisioterapeuta de Assari y profesor de natación, apunta que un beneficio destacable de la natación, que lo diferencia de otras actividades deportivas, es que con esta hacemos un trabajo global , «involucrando por igual ambos lados del cuerpo: miembros inferiores y superiores». Gracias a esto, explica que también aumentamos la flexibilidad y elasticidad de los músculos, ya que en la natación «involucramos todas las articulaciones con movimientos globales y amplios».

Asimismo, Héctor Ramírez Ballesteros comenta que la natación puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y tiene beneficios neuronales y cognitivos: «Al nadar se liberan endorfinas, que se cree que son favorables para controlar el estrés, la ansiedad y el estado de ánimo. Por otro lado, ejercitar la respiración mientras nadamos oxigena el cerebro, mejorando la memoria». También, apunta que aumenta la concentración, porque nos ayuda a aumentar la capacidad para focalizar y la claridad mental.

Nadar, o hacer actividad acuática

Moisés Gosálvez, director de la Escuela Nacional de Entrenadores y exnadador olímpico, hace una advertencia importante: es esencial diferenciar entre la natación como deporte, o como actividad acuática . «Para decir que hacemos deporte nadando, hablamos de los estilos de competición: se necesita una técnica y un aprendizaje. Si no sabes esto, no puedes ponerte a nadar, porque el efecto va a ser contraproducente», afirma el exolímpico. Continúa y explica que, cuando una persona sabe «nadar», pero no tiene técnica, lo que realiza es una actividad acuática, más suave, aunque también llena de beneficios.

Habla entonces de tres «estadios» a la hora de nadar: en primer lugar el de conseguir ser autónomos en el agua, es decir, no hundirnos; un segundo en el que tenemos las habilidades básicas para poder nadar; y un tercero en el que ya se conocen técnicas para nadar correctamente y «hacer deporte».

¿Calentar o estirar para nadar?

Es importante no «tirarnos a la piscina» nada más llegar y tener una pequeña preparación previa antes de ponernos a nadar. El entrenador de natación Héctor Ramírez Ballesteros recomienda realizar un buen calentamiento con movilidad articular , preparando todos los músculos y articulaciones que vamos a utilizar. «Si realizamos estiramientos previos al entrenamiento, estos deberían ser estiramientos activos en vez de pasivos. Pasado un tiempo después de nadar, se aconseja realizar estiramientos más pasivos para evitar lesiones, prestando atención especial a los hombros y brazos», explica.

Aconseja que la duración del calentamiento y estiramientos sea entre cinco y 10 minutos y nunca debe llegar al punto de dolor mientras se estira. «Si no se realiza un correcto calentamiento antes de nadar y estiramientos posteriores al entrenamiento, corremos el riesgo de reducir el rango de movimiento, sufrir tirones y desgarros musculares», advierte.

Si queremos empezar a nadar de manera regular, e incluir la actividad para hacer deporte en nuestro día a día y estar más sanos, Héctor Ramírez Ballesteros apunta que lo primero que se debe aprender es cómo realizar correctamente la técnica. «Lo ideal es estar supervisado por un entrenador para evitar posibles lesiones », dice. Recomienda para empezar el estilo de espalda, «porque se tienen las vías respiratorias libres y su coordinación no es tan compleja como el estilo braza o mariposa». Después, recomienda trabajar con el estilo crol, «porque los movimientos son bastantes parecidos al estilo espalda con la complejidad de que, en este caso, la cabeza debe permanecer dentro del agua».

Por otro lado, Juan Vélez Reznak, explica que los dos estilos más recomendables para nadar con alguna patología, son crol y espalda. «Tanto mariposa como braza, en caso de problemas en la columna vertebral son desaconsejables, al igual que si sufrimos lumbalgias o cervicalgias. Por otro lado, si existiese una lesión de rodilla o de cadera, la braza no sería un estilo conveniente por su patada», advierte.