Esquí o snow: lo que necesitas saber para elegir un deporte u otro

El hecho de que ambas actividades se practiquen en la naturaleza, las hace muy bonitas y motivadoras. Es fácil engancharse y pasar días enteros deslizándote por la montaña. Sin embargo, es común entre principiantes esquiar o hacer snowboard sin tener ningún conocimiento de la técnica ni del material, algo que puede poner en peligro la seguridad de la persona y dar lugar a lesiones.

Guillermo Crovetto, responsable de formación de la Federación Andaluza de Deportes de Invierno (FADI), subraya la importancia de ir al principio con un profesional de la mano : «Hay una mala concepción de estos deportes, ya que se piensa que uno puede aprender solo. Y la realidad es que son muy técnicos y, si se hace con un profesor, los periodos de aprendizaje se acortan mucho. Además, con un profesional los riesgos de lesión son mínimos».

Por otra parte, la persona que quiera practicar alguna de estas actividades debería partir de una condición física mínimamente aceptable. «Hay gente que no hace absolutamente nada, y no podemos olvidar que es un deporte, lo que implica empezar con cierta forma física. Esto ayudará también a prevenir posibles lesiones».

Lo primero –declara Crovetto– es hacer una introducción al material : «Se le explica al cliente qué partes tiene la tabla o los esquís, cómo funcionan las fijaciones, cómo se usan los bastones...». También se revisa la ropa que lleva: gafas, casco... para que se utilicen de una forma adecuada. Y, a partir de aquí, se empieza a trabajar la técnica base.

«Esta consiste en unos primeros ejercicios para conseguir el equilibrio . Después se busca es esa sensación de deslizamiento en situaciones muy facilitadas, sin pendiente o con pendientes mínimas. Incluso con contrapendientes que puedan frenar a la persona que esté empezando con esta práctica», explica el experto.

Una vez aprendido esto –continúa Crovetto– se usan las técnicas básicas de frenado: la más famosa es la cuña , en el caso del esquí. En el snow se buscan derrapajes que controlen la velocidad y permitan que la persona se sienta segura y no haya en ningún momento una sensación de descontrol.

La eterna pregunta que la mayoría tiene en su primer día en la nieve: ¿esquí o snow?

Los expertos coinciden en que finalmente es mejor decantarse por aquella actividad que te resulte más divertida y te llame más la atención. No obstante, Crovetto prefiere el esquí para los niños , ya que permite mantener la independencia de piernas y desarrollar más el equilibrio, consiguiendo así una progresión más rápida.

Para el resto, hay que tener el cuenta que la curva de aprendizaje de ambos deportes es distinta, pero en poco tiempo se equiparan. «Mi percepción es que la primera clase de snow es más agradecida y fácil para mucha gente, pero el segundo día de esquí, en cuanto se domina la cuña, empieza a ser muy gratificante», apunta el responsable de formación de FADI.

Para los primeros contactos, Crovetto recomienda alquilar el material , y no el más barato. «Al final es como quien alquila un coche, no es lo mismo coger uno de gama baja que uno de gama media o alta», comenta. Esto después se nota en la seguridad y en la progresión que se tiene en el aprendizaje: «En el esquí no debe haber holgura en la fijaciones, tiene que estar bien encerado y la suela perfecta, igual que la tabla de snow». De esta forma, los gestos que se realicen serán mucho más efectivos.

Con el tiempo, este experto aconseja comprarse unas botas, pero a nivel básico, estos son los accesorios que no te pueden faltar: una gafas de buena calidad , de categoría 4 o 3, como mínimo; el casco , aconsejable desde la iniciación; guantes, en lo que no hay que escatimar tampoco; y ropa térmica, pues la experiencia cambiará mucho en un día de frío intenso.

Además puede ser buena idea contar con el material ya en pista (muchas escuelas ofrecen este servicio), pues el transporte del mismo es lo que más suele costar, «y llegas arriba destrozado».