Antonio García Barbeito
Olvido
Y al son del viento huracanado por el que temblaban, temerosas, las torres, ella, la lluvia era látigo arreando el otoño
Antonio García Barbeito
Y al son del viento huracanado por el que temblaban, temerosas, las torres, ella, la lluvia era látigo arreando el otoño
Antonio García Barbeito
Quizá haya que ir a los pies de los acebuches a cortar varas de buen calibre para, con la misma carne vegetal, defender el fruto
Antonio García Barbeito
La ciudad vive tan alejada del campo que no parece darse cuenta de que su actitud facilita el engaño
Antonio García Barbeito
El campo duele en las carnes que lo crían. Sequía, escasez de frutos, mercado… ¿Más penas?
Antonio García Barbeito
Todavía podemos comprar cinco litros de un magnífico aceite por menos de 25 euros
Antonio García Barbeito
La Justicia ha venido a decir, más o menos, que aquí no se debe nada. ¿El que contamina paga?
Antonio García Barbeito
Como al niño del balón no le acepten todas las condiciones que pone para el juego, aquí no se juega
Antonio García Barbeito
Los cabezas de lista empiezan a vender su mercancía, sus melones y sandías de promesas electorales
Antonio García Barbeito
¿Dónde aquella brillantez de debates, de enfrentamientos, incluso de finísimos estiletes orales?
Antonio García Barbeito
El peor de los veranos no nos llega del sol, nos llega de la tele. El televisor es telecalor
Antonio García Barbeito
Calladamente comprometido con los débiles, profundo y alegre cristiano, no se nos fue el otro día
Antonio García Barbeito
Muchos siguen creyendo que eres territorio donde el hombre ensaya la vida
Antonio García Barbeito
Son los mismos en distinto sitio, y una cosa es torear desde la barrera y otra en la cara del toro
Antonio García Barbeito
Cada día, más circulación, más peligro, más contaminación en los pueblos