La 'app de citas' que te hará volver al pueblo

En el curso de diez años, de los 6.815 municipios de menos de 5.000 habitantes que hay en España, 5.620 han perdido vecinos. Esto significa que 8 de cada 10 pequeños municipios han visto reducido su número de habitantes. La cifra asciende a 410.000 personas, datos equivalentes a la demografía de la provincia de Lleida.

La situación es aún más grave en los municipios con menos de 1.000 habitantes, donde la despoblación llega al 86% de los casi 5.000 términos; han perdido más de 200.000 habitantes, una población similar a la de toda la ciudad de Pamplona.

Además de la disminución de la población, los municipios rurales enfrentan problemas derivados de la dispersión territorial y la baja densidad de población, que dificultan la prestación de servicios básicos. Hay 3.926 municipios con una densidad inferior a los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, el umbral que la Unión Europea considera como de riesgo demográfico. Estos municipios de baja densidad se extienden por 243.000 kilómetros cuadrados, representando el 48% de la superficie del país. Esto supone que prácticamente la mitad del territorio español está en riesgo demográfico.

Comunidades Autónomas como Galicia, Asturias y Castilla y León han experimentado saldos vegetativos negativos desde los años 80, con 6.320 municipios registrando más defunciones que nacimientos en la última década. Este fenómeno ha llevado a que 8 de cada 10 municipios tengan un crecimiento vegetativo negativo, exacerbando la crisis demográfica rural.

Ante este panorama el empresario gallego Juan Carlos Pérez fundó en enero de 2023 la 'startup' de impacto social Aldealista, con el propósito de revitalizar los municipios rurales de Galicia. Según el empresario, la plataforma busca «hacer visible lo invisible», al conectar a las personas con los pueblos «olvidados» mediante una aplicación que recuerda al popular 'Tinder', pero enfocada en encontrar y enamorarse de aldeas gallegas.

La idea surgió en plena pandemia cuando el empresario, junto a su familia, tuvieron que pasar el confinamiento en Castiñeiro, una pequeña aldea de Orense que se encontraba deshabitada desde hacía diez años. «Deja de dar vueltas por el mundo y haz algo por tus orígenes» fueron las palabras que le dijo su abuela y que le convencieron para iniciar el proyecto que ya ha sido reconocido por numerosas instituciones públicas y privadas y del que forman parte administraciones, grupos de desarrollo rural, corporaciones, emprendedores y usuarios.

Pérez afirma que, paralelamente, la falta de visibilidad en Google de estas aldeas le motivó, junto con su socio noruego, a crear una plataforma que permitiese a los pueblos encontrar a sus futuros habitantes. Así nació Aldealista, una aplicación que recoge «pueblos digitalizados» y te muestra dónde comer, comprar, dormir y qué visitar.

Aldealista aspira a convertirse en una plataforma multisectorial. Ya integra 125 municipios, ha superado el medio millón de interacciones (swipes), tienen más de 5.000 matches, casi ocho millones de visualizaciones en redes sociales y ya se ha abierto a 51 países. «Están descubriendo municipios gallegos en Berlín, Argentina o Zurich y claramente nos ayuda a ir creciendo en comunidad», señala Pérez.

Mirando hacia el futuro, Aldealista está desarrollando funcionalidades adicionales como la opción de reserva (booking) y suscripción a experiencias y alojamientos rurales, así como el programa 'Restaura y Rehabita' para renovar viviendas y construcciones en desuso. La misión es clara: «revitalizar el rural gallego, apoyar el comercio local y ofrecer nuevas oportunidades a aquellos que deseen teletrabajar o emprender en un entorno rural».

La iniciativa ha llamado la atención de entidades como la Comisión Europea, que la considera un modelo a replicar en otros países de la Unión. Provincias como Huesca o Madrid y diversas fundaciones también han mostrado su interés.

Además, ha sido reconocida con múltiples premios, incluido el MadBlue Impact Summit 2024, donde fue destacada como la mejor startup de impacto social entre las 70 participantes. Han sido caso de éxito de la Agencia Gallega de Innovación (GAIN), mejor empresa innovadora por la Confederación Empresarial de Orense y ganadores del programa de aceleración de startups '¡Que vivan los pueblos!'.

Las casas desocupadas y derruidas en el campo contrastan con el abarrotamiento urbano. Refleja un desequilibrio que el fundador describe como crítico para el futuro del país, «no es sostenible que la mayoría de la población viva en áreas urbanas densamente pobladas mientras las zonas rurales se vacían». Para abordar este reto indica que tiene que haber una solicitud pública y privada porque, según aclara, «todos somos parte de la solución».

Aldealista ha puesto en marcha el proyecto Rural House. Con la colaboración de diversos ayuntamientos está creando una bolsa de viviendas destinada a dar una segunda oportunidad a la España rural. Ofrecerá la posibilidad de buscar casas, tanto para estancias temporales como para residencias permanentes. Los anunciantes podrán recibir asesoramiento y se facilitará el contacto entre los interesados. Pérez ha comentado que en los últimos seis meses, ha habido más movimiento de compra-venta y alquiler en el mercado inmobiliario rural de San Xoán de Río que en los últimos diez años.

La primera fase del proyecto está programada para ser ejecutada antes de fin de año, con la intención de aplicarlo posteriormente en otras comunidades. «Queremos que la suscripción sea por provincia o por comunidad para que todos los productores y de comercio rural tengan la posibilidad de tener su plataforma bajo un mismo paraguas», apunta.

El objetivo que persiguen con la iniciativa es conectar lo desconectado, hacer visible lo invisible y concienciar, movilizar y acelerar proyectos que fomenten el trabajo y la vivienda para frenar, según dice, la guerra invisible que es la despoblación. Juan Carlos sostiene «los que tendrían que estar más preocupados no son la gente rural, sino los de las urbes porque el 16% de los pueblos alimentan al 84% de la ciudad».