Desmontando a la «it girl»
De dónde vienen, quiénes son, cómo han llegado hasta aquí, quién las ha creado y por qué nos importan
rocío ponce
Decido el tema de mi reportaje. Antes de poner los dedos sobre la primera tecla me paseo por la redacción para comprobar el conocimiento general sobre el fenómeno que trataré. Primera parada: Deportes. «¿Qué es una "it girl"?» , respuesta: «Un icono sexual», me ... responde el redactor, que añade unas extrañas referencias a «El señor de los Anillos». Segunda parada: sección web. Misma pregunta. Respuesta: «Ni idea» . Para dar una nueva oportunidad me acerco al portadista: «Es una chica con toque "hipster", una bloguera, muy a la moda». Nos vamos acercando a la realidad. Última parada: sección Televisión. «Una chica de moda, que marca tendencia como Olivia Palermo» . Premio. Entiendo, por la variedad de respuestas, que no está muy claro el tema. Y por eso, analizar quién son, de dónde vienen y por qué nos importan las «it girls», comienza a ser un objetivo más interesante.
Estas mujeres del 2012 no forman parte de una generación pionera, han nacido con los blogs, los «realities» y la expansión incontrolable de información sobre moda. Aunque las llamemos igual, distan de lo que en origen se definía como «it girl». El término «it» se remonta a 1904 . Apareció en el relato «Mrs Bathhurst» de Rudyard Kipling como símil de atractivo femenino. «Algunas mujeres se quedan en la mente de los hombres solo con atravesar la calle». Pero la verdadera explosión de la expresión llegó con la adaptación cinematográfica del libro de Elinor Glyn, «It». La película de 1927, interpretada por Clara Bow, creó a la primera «it girl». También la destruyó, pero eso es otra historia.
«Los medios la adoptan, la lanzan y le dan cobertura convirtiéndola en "it girl"»
Desde entonces la «it girl» ha cambiado mucho. Desgraciadamente. Primero eran mujeres descocadas del mundo del espectáculo (que pasaron de ser adoradas a envidiadas), luego fueron las novias de, más tarde chicas de buena familia, con armarios geniales y que iban de fiesta en fiesta, bien relacionadas con los medios y hasta modelos, actrices y/o musas de diseñadores de prestigio. Pero las «it girls» de siglo XXI no serán recordadas como lo son Clara Bow , Babe Paley, Marisa Berenson, Annita Pallenberg, Catherine Deneuve, Audrey Hepburn , Bianca Jagger o Jane Birkin , en esta lista hasta podemos incluir a Kate Moss . Ahora, la «it girl» se produce, no nace. Es un acto de marketing pensado, estudiado y, sobre todo, rentable.
«Hay un consenso entre editores, medios de comunicación de moda o un poderoso ente dentro de la industria que decide que esa chica "mola" por una serie de razones estéticas o porque representa unos valores muy del momento», explica a ABC.es Josie , periodista de moda y director del Máster de Estilismo en el IED. Una vez decidido el quién, se pone en marcha la máquina, se empieza a generar contenido: «Los medios la adoptan, la lanzan, le dan cobertura y la convierten en "it girl"». Se necesitan mutuamente: unos por la avidez de información inmediata y otras, evidentemente, por cuestiones económicas.
La «it girl» internacional actual se caracteriza por ser una joven de bien (hija de, novia/mujer de) o por provenir del mundo de la moda. También se admiten algunas (poquísimas) blogueras o presentadoras de televisión y actrices siempre que sean auténticas prescriptoras de tendencias globales. Alexa Chung, Olivia Palermo o Dree Hemingway son algunas de las indiscutibles. Gala González, ( egoblogger , diseñadora y sobrina de Adolfo Domínguez, a la que podríamos considerar «it girl» ), opina que las extranjeras suelen ser «personas admirables que siempre mantienen la clase, no necesitan blog, pero tienen un estilo particular que llega a la gran mayoría, que las copia. Un pasado limpio y un círculo de amigos importante. Un buen ejemplo es Olivia Palermo, impecable y bien rodeada».
«It girls a la española»
Lucía Muñoz, filósofa, bloguera y autora del ensayo «2013» (Honolulu Books) , afirma que las «it girls» de hoy en día «no destacan en nada en particular, y por eso prueban de todo» . Son modelos de pasarela, publicidad, actrices, DJ, diseñadoras y lo que se tercie. Obviamente, ¿quién se resiste al negocio? Una «versatilidad» imprescindible para mantener el estatus: «Deben tener cierta gracia, a veces belleza y desde luego que la ropa de las diferentes marcas que la adornan cuan árbol de Navidad le quede como un guante porque habrá de lucirla non stop. Lo ideal es que sepa hacer algo más», recuerda el estilista televisivo Josie.
Cada vez que Paula Echevarría sube un post suenan las cajas registradoras de Zara o Primark
El máximo exponente del fenómeno «it girl» patrio es la actriz Paula Echevarría . «Reconocible popularmente, la candidata numero uno a "it girl" la proporcionan las series de televisión» , explica el sociólogo, periodista y crítico de moda, Pedro Mansilla . Imagen y diseñadora de Blanco y autora de un egoblog en «Elle.es» , la mujer de David Bustamante, es una de las mujeres más copiadas del país. Los looks y prendas con los que se fotografía en el jardín de su casa (de tiendas «low cost» como Primark, Mango o Zara en la mayoría de ocasiones) se agotan en cuanto sube sus posts. Suenan alegres las cajas registradoras cada vez que hace click. « Han convertido a Paula en un soporte publicitario, un producto maquinado , no es una persona con estilo», asegura Muñoz. Pedro Mansilla las compara y llega a la conclusión de que en España «no nos podemos permitir el lujo de tener "it girls" como tal y nos conformamos con el rostro conocido o la famosa que nos conviene en este momento».
Pero... ¿se nos pasará esta fiebre? «Las que hay se irán y cada vez más rápido porque cada vez hay más "fast it girl"... Cada vez hay menos "it girls" de largo recorridocomo las de los noventa», puntualiza Josie. En este abuso indiscriminado del término coincide Gala González, que opina que en España «se ha explotado y destruido y ha pasado de ser algo genuino a algo que se le da hasta a la vecina de al lado». Como «it girls» se reconocen a Miranda Makaroff (hija de la diseñadora Lydia Delgado, DJ, diseñadora , actriz ,...), a la periodista Sara Carbonero, a la actriz Blanca Suárez, «a cualquiera con una agencia de comunicación detrás», dice Muñoz. Y matiza Mansilla que puede llegar a ser «hasta una chica que va a un desfile».
Según Josie, para que te otorguen el título debes ser alguien que «aporte ideas, entretenga, dé contenido, pueda ser DJ en las fiestas de moda, ser carne de “Arrrggg” (o no) y desempeñar un papel que a veces tiene que ver más con la frescura que con el estilo». Gala González se defiende de la posible percepción negativa del adjetivo «it». «Se asocia a gente que solo va de fiesta en fiesta. Es cierto que puedo ir a un evento, pero no quiere decir que solo me dedique a eso», explica la joven gallega que fue una de las primeras españolas en crear un egoblog. «Ni me considero "it girl", ni me dejo de considerar, sí que quizás estuve en el momento adecuado de una generacion que ha dado que hablar. Y se unen factores, como tener una familia del mundo de la moda, mis pinitos en el diseño, aparezco en prensa… Pero yo elijo a qué fiestas voy, controlo mi imagen y cómo la quiero enfocar», explica esta joven afincada en Londres y con más de 55.000 followers en Twitter, un programa de vídeos en «Vogue» y protagonista de campañas de moda y publicidad.
Miranda Makaroff es otra de las «it girls» más activas en España , pero se desmarca e incluso critica el fenómeno : «La gente piensa: "oh qué bien se lo pasa, qué vida más maravillosa" y la verdad muchas veces es otra. Se hacen una foto genial con celebrities y luego se van a sus casas a tomar antidepresivos. O no. No hay que dejarse impresionar por personas a las que llaman "it girls"», advierte. Pedro Mansilla no cree que sean el mejor ejemplo «para una juventud bastante preocupada por la que está cayendo». Pero si te gusta el mundo de la moda y las tendencias, es imposible escapar de su influencia: diseñan ropa y la publicitan, tienen blogs, programas de televisión, aparecen en las revistas, están en los desfiles, pinchan en las fiestas de moda y hasta hacen exposiciones de sus dibujos. Según el experto, la moda tendría que «reforzar valores de seriedad, compromiso y honestidad, modelos más reales y comprometidos» .
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete