Groenlandia se derrite a ritmo récord

«Con más calor por venir durante agosto, los datos de deshielo acumulados este año superarán con creces los récords anteriores», ha afirmado Marco Tedesco, profesor de ciencias de la Tierra y la atmósfera en el City College de Nueva York. Califica 2012 de «año Goliath» para Groenlandia, que sufrirá la mayor fusión desde que se registran datos (1979).

La temporada de deshielo normalmente dura desde junio hasta primeros de septiembre . Durante este periodo se forman charcos superficiales y el hielo de los bordes adelgaza. Con la entrada del otoño las temperaturas caen y el proceso revierte. Al menos en parte. Tedesco apuntó que aunque estos cambios coinciden con lo que predicen la mayoría de modelos, están ocurriendo demasiado rápido.

Para cuantificar los cambios, Tedesco calculó lo que denomina el «Índice acumulativo de deshielo» . Es la manera de medir la intensidad con la que ha ocurrido en una temporada concreta. Se define por el número de días en el que ha habido deshielo multiplicado por el área total sujeta a fusión. Para realizarlo toman medidas con sensores de microondas en satélites que orbitan alrededor de la Tierra.

La noticia de que 2012 había superado la cantidad de deshielo de 2010 a casi un mes de cerrar la temporada cálida no llegó sola. Unas semanas antes de que se superase el récord, la fusión afectó al 97% de la superficie de la isla . Un fenómeno excepcional que Tedesco compara con encontrar la ciudad de Rio de Janeiro cubierta de nieve.

El deshielo que ha registrado Groenlandia durante esta temporada ha sido extremo en todas sus regiones . Especialmente en las zonas altas , donde la fusión del hielo suele darse uno o dos días al año, y no durante dos meses como en 2012.

Aun así, Tedesco pide prudencia. «Hay que ser cuidadosos porque sólo estamos hablando de un par de años y la historia de Groenlandia ha ocurrido a lo largo de milenios», advierte. «Hasta donde sabemos, el calentamiento que vemos en el ártico es responsable de desencadenar procesos que aumentan la fusión del hielo y favorecen mecanismos de retroalimentación. Si miramos a los últimos años, la excepción se ha vuelto norma ».