Una reducción que no adultera la democracia

Esa reducción es la que propone ahora Feijóo con el objetivo de ahorrar casi seis millones de euros por legislatura , pero la oposición se niega y lo acusan de «golpista» por aplicar un cambio que recoge el Estatuto de Autonomía. Insisten desde hace una semana en que el PP persigue un «pucherazo» que, sin embargo, es falso tal y como demuestran los cálculos realizados por ABC en base a la Ley D’Hondt , la fórmula que rige nuestro sistema electoral.

Galicia ha celebrado hasta ahora ocho elecciones regionales desde el final del franquismo. De las dos primeras salió elegida una cámara integrada por 71 diputados. A partir de 1985, con la aprobación de la ley electoral gallega, pasó a tener 75. El Estatuto de Autonomía , en cuya redacción participaron dos miembros del PSOE en 1981, establecía una horquilla de entre 60 y 80 escaños que la modificación de Feijóo cumple.

¿Cuál habría sido el resultado de los comicios de 1981, 1985, 1989, 1993, 1997, 2001, 2005 y 2009 si los votos hubieran decidido 61 escaños y no 75? Feijóo habría ganado igualmente, el bipartito habría obtenido su mayoría, Fraga habría vencido en idénticas ocasiones y Albor también. Pese a esto, el PSdeG asegura que la modificación no representa un ahorro real y que el único objetivo del PP es perpetuarse en el poder. En total, la pérdida de diputados le habría costado a su grupo 49 miembros menos en la Cámara desde 1981, mientras que el PSdeG se habría dejado solo 34.

Con 61 diputados, Feijóo habría vencido en 2009 . En lugar de haber obtenido 38 escaños, habría perdido seis para quedarse en 32. Idéntica disminución habrían experimentado los socialistas (de 25 a 19), mientras que el BNG se habría dejado dos, de 12 a 10. Sumados dan 29, insuficientes para batirlo.

En 2005, el más perjudicado de la reforma que el PP defiende habría sido el propio PP . Fraga ganó aquellas elecciones con 37 escaños, que se quedarían en 30 con la reducción. Siete menos. El PSdeG habría perdido cinco y el BNG dos, pero habrían podido pactar de nuevo y gobernar en coalición con 31, uno más que los populares.

E l guión se repite en la época de Fraga como mandatario de la Xunta. En 2001 las urnas le respaldaron con 41 escaños, por 17 del PSdeG y 17 del BNG. Si le aplicamos la merma a 61, obtendrían 35, 13 y 13. Es decir, que la medida de Núñez Feijóo tampoco habría variado el resultado, como no lo hubiera alterado en 1997. Entonces el PP alcanzó los 42 parlamentarios, por 18 del Bloque y 15 de los socialistas. Recalculado si solo hubiera espacio para 61 políticos en O Hórreo, quedaría en 34, 15 y 11, luego victoria en cualquier caso.

Retrocedamos una legislatura más. Elecciones de 1993. Entonces a Orense le correspondían quince diputados y a Pontevedra 21. En la actualidad son 14 y 22, respectivamente, por 24 de La Coruña y 15 de Lugo. El escutrinio determinó 43 escaños para el PP, 19 para el PSdeG y 13 para el BNG. En base a 61 quedarían en 35, 15 y 10. El Gobierno regional no variaría de signo.

En 1989, Fraga logró su primer triunfo con 38 diputados por 28 del PSOE, 5 del BNG, 2 del Partido Socialista Galego-Esquerda Galega y 2 de Coalición Galega. ¿Y si en lugar de 75 diputados se hubiera votado 61? PP 31, PSOE 23, BNG 4, PSG-EG 1 y CG 2. Quedan 1985 y 1981, cuando el Parlamento lo integraban 71 miembros. Tampoco entonces habría variado el reparto de fuezas. Y es que, la reducción que propone Feijóo, no adultera la democracia.