Daniel Ortega vuelve a soñar con un canal interoceánico para Nicaragua

Los sueños de unir el Atlántico con el Pacífico, a través de territorio nicaragüenses, surgieron en la época colonial. Durante la primera mitad del Siglo XIX, el criterio de la comunidad científica se dividió en si la ruta debía hacerse por el angosto territorio panameño o aprovechar los abundantes recursos con que contaba Nicaragua, gracias a su lago Cocibolca , uno de los más grandes del mundo.

Al final se impuso la ruta por Panamá por ser la más corta entre los dos océanos. Algunos observadores destacan que intereses extranjeros pesaron más que los nacionales al decidirse por Panamá. Otros escépticos también anotan que han sido los propios nicaragüenses, con sus contradicciones políticas intestinas -y sin una visión de desarrollo a largo plazo- los que más inconscientemente han conspirado contra su propio sueño de poseer una ruta interoceánica.

A mediados de los noventa, cuando el país cerraba las heridas de la guerra civil de la década anterior, expertos nicaragüenses pusieron de nuevo sobre la mesa de debate la antiquísima idea.

En una de las páginas web de la Cancillería de Nicaragua se resaltaba como condiciones propicias para la construcción de un canal «la inmensa masa de agua que proporciona el lago Cocibolca y su diferencia con respecto al nivel del mar de tan solo 31 metros». Según la misma versión, el gran lago y la cuenca del sureño río San Juan «poseen 50 veces más agua que el lago Gatún que abastece de agua al canal de Panamá».

Empresarios nicaragüenses afirmaban que inversores canadienses, europeos, taiwaneses y estadounidenses estarían dispuestos a dar el apoyo financiero. Durante el Gobierno del presidente Enrique Bolaños (2002-2007) , algunos consorcios de inversores hasta trazaron en mapas posibles vías por donde se abriría la nueva ruta de tránsito.

En el mandato de Bolaños se resaltó la idea de construir la vía interoceánica con el dragado de algunos ríos, utilizando zonas costeras del lago Cocibolca para luego abrir un canal por el angosto departamento de Rivas .

A través de esta ruta, de más de 350 kilómetros, se desplazarían barcos de hasta 250 toneladas. Se necesitaría una década de trabajo a un costo de más de 30.000 millones de dólares que serían financiados, según los responsables del proyecto, por capitales de Estados Unidos, China, Venezuela, Rusia, Holanda, Israel, Brasil, entre otros.

El funcionario del Gobierno Edén Pastora , conocido como «Comandante Cero», declaró que Nicaragua en la actualidad reúne las condiciones para emprender una obra de gran magnitud como la vía interoceánica por sus cualidades topográficas, sus relaciones internacionales y la voluntad de su Ejecutivo.

Por el contrario, los críticos del Gobierno sostienen que el presidente Ortega genera mucha desconfianza en algunas naciones de Occidente y esto pesará a la hora de gestionar los recursos financieros. Pese a esto, la administración de Ortega ha reiniciado una ofensiva internacional para seducir a los inversores y obtener los de 30.000 millones de dólares.