El juguete de los Kirchner

El pasado lunes, Kirchner usó el «Tango 01» —un Boeing 757 que el Gobierno argentino compró durante el mandato de Menem— para acudir al rescate de su hijo Máximo a Río Gallegos (ciudad del sur del país) e ingresarlo en un hospital a las afueras de Buenos Aires. A 2.600 kilómetros de donde estaba el hijo mayor (que estaba con su novia, Rocío García) de la mandataria.

A Argentina, un país dominado por el matrimonio «K» desde 2003, el arrebato maternal de la presidenta le ha costado entre 50.000 y 80.000 dólares . La población está gobernada por una mujer que no suele dar explicaciones de sus actividades y que habitualmente pone a disposición de sus dos hijos, Máximo y Florencia, aviones que cree suyos.

Un total de cinco aeronaves componen la Agrupación Aérea Presidencial : son dos aviones (un Boeing y un Fokker) y tres helicópteros. Dichas naves están pilotadas por militares de la Fuerza Aérea Argentina . El mantenimiento y la custodia de estos aparatos está a cargo de la Casa Militar, un departamento que, según el Decreto 648/2004 sancionado por Néstor Kirchner, debe «proveer la seguridad del señor Presidente de La Nación y sus familiares directos», así como «proveer los servicios de movilidad aérea del señor Presidente de la Nación». Sin embargo, el uso constante y sin justificar de estas aeronaves causa un sentimiento de malestar entre los militares del Ejército del Aire.

«Muchas veces se mueve el “T-01” para ir a buscar a Río Gallegos/El Calafate a dos o tres personas, algo totalmente antieconómico», dice un militar, al tiempo que confiesa: «Durante el año 2003-04, hice varios vuelos ordenados con el Boeing 707 , transportando en cada uno a 185 electores desde Buenos Aires a sus provincias para llevarlos a que votaran por los políticos K». Por seguridad, este militar pide no ser identificado. Pocos se atreven a hablar por teléfono o cruzar correos electrónicos. «El Servicio de Inteligencia del Estado tenía pinchados los teléfonos de unos generales que pasaron a retiro por comentarios “políticamente incorrectos”», dice otro piloto miembro de la Fuerza Aérea Argentina.

El «rescate» de Máximo Kirchner no es un hecho aislado en el controvertido uso de los aviones presidenciales. Según miembros de la Casa Militar, «cuando los K están en El Calafate el fin de semana, se trasladan los periódicos desde Buenos Aires en otros aviones de la flota presidencial para que la presidenta los tenga a primera hora». Uno de los aviones que se usa para esta misión es el T10 (LR-60), un birreactor con capacidad para 10 pasajeros. «Es un derroche cuando todos los diarios están publicados en Internet a partir de las 03.00 am», opinan.

La Secretaría General de la Presidencia es la encargada de «intervenir en la asistencia presupuestaria para los viajes presidenciales», según el Decreto 648/2004. En ese departamento de la Casa Rosada dicen desconocer el presupuesto que se maneja, ni en el Gobierno, ni en lo relacionado con los traslados de la presidencia: «Si le digo una cifra le mentiría, querida, porque no sabemos nada», afirma Gloria, una de las responsables de prensa de la Presidencia. «En ningún departamento te han sabido responder porque no lo saben», sentencia.

Hasta hoy, Cristina Fernández de Kirchner no ha hecho ninguna declaración ni ha explicado nada . Su hijo Máximo sigue ingresado en el hospital Austral, una clínica a las afueras de Buenos Aires, donde le han operado por una infección en la rodilla. En la Embajada de Argentina en Madrid «no va a haber ninguna declaración, ni de esto ni de nada».

Mauricio Caminos, periodista del diario argentino «La Nación» , explica que «el viaje ha causado mucha polémica». La popularidad de la mandataria cayó en diez puntos por este suceso, «pero la Presidenta no se ha hecho eco; oficialmente no cambia nada, ni va a cambiar », continúa Caminos. Está previsto que la semana que viene Máximo reciba el alta y regrese a Río Gallegos. ¿Elegirá un avión de Aerolíneas Argentinas o el “Tango 01”?