Estalla la bronca entre Celia Villalobos y el PSOE tras defender a Ana Mato

Acababa de intervenir el portavoz socialista de Sanidad, José Martínez Olmos, quien utilizó un tono se superioridad hacia Ana Mato. La ministra de Sanidad defendió como pudo el real decreto-ley que tenía entre las manos, y el diputado socialista no ocultó lo que opinaba de ella. Le aconsejó que atendiera mejor a sus asesores porque no se había enterado, dijo, de un punto clave del decreto, y proclamó que era una «incompetente».

Mato le respondió que era un «maestro de la demagogia» , pero que dejaba mucho que desear en el respeto al adversario político. Al diputado socialista le sentó fatal este comentario, y advirtió a la ministra que no le iba a consentir que dijera que le había faltado al respeto. Y como prueba dijo que la Presidencia del Congreso, que ocupaba Celia Villalobos, no le había llamado la atención en ningún momento. No sabía dónde se metía.

A Villalobos se le vio que el comentario hacia su papel no le había gustado un pelo. Esperó pacientemente a que el diputado acabara de hablar y tomó la palabra para decir que ella respetaba escrupulosamente las opiniones de todos los diputados , más aún si se decían desde la tribuna de oradores. Y añadió que lo respetaba le gustaran o no, le parecieran acertadas o no, y aunque fueran «excesivamente machistas ». Y la lió.

Una diputada del PP había osado insinuar, aunque fuera veladamente, que alguien del PSOE podía haber sido machista. Los diputados del Grupo Socialista saltaron como un resorte y reprocharon a Villalobos entre gritos su actitud. El secretario general del grupo, Eduardo Madina, manteniendo siempre las formas, pidió que no incluyera ese comentario en el Diario de Sesiones. Desde el PP, José Antonio Bermúdez de Castro también pidió la palabra para apoyar a Villalobos y comentar que no había dicho nada que tuviera que retirar. Los gritos prosiguieron.

Rubalcaba, en su escaño, llamó por teléfono a Villalobos . Ambos mantienen una buena relación personal, y se escucharon entre el vocerío, y mientras volvía a hablar la ministra Mato. Finalmente, Villalobos zanjó el debate cuando afirmó que si el señor Martínez se había sentido ofendido «por lo de machista », lo retiraba. Algunos diputados socialistas aplaudieron, y todo volvió a la calma.