Hazte premium Hazte premium

El Rey, operado tras sufrir una fractura de cadera en Botsuana

Fue trasladado de urgencia a Madrid en avión privado, después de una caída en un viaje de cazaEstará ingresado cinco días; en diez volverá al despacho, y en 60 estará recuperado

EFE

ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

MADRID

Su Majestad el Rey tuvo que ser operado de urgencia en la madrugada de ayer después de sufrir en la mañana del viernes una triple fractura de cadera al caerse accidentalmente —se tropezó al bajar un escalón— mientras se encontraba en Botsuana, donde participaba en una cacería, como había hecho en otras ocasiones. Don Juan Carlos fue atendido en el lugar por el médico de la Casa del Rey que le acompañaba y que, enseguida, le diagnosticó la fractura de cadera sin necesidad de realizarle radiografías.

El facultativo inmovilizó a Don Juan Carlos, le administró analgésicos para aliviar los fuertes dolores y le preparó para realizar el largo viaje de regreso que le esperaba, primero hasta el aeropuerto local y después en avión. La Embajada de España en Namibia ayudó a gestionar la repatriación, ya que en Botsuana no hay delegación española.

Ocho horas de vuelo

El Rey fue trasladado urgentemente a Madrid en un avión privado, el mismo en el que había viajado hasta allí el pasado lunes con un grupo de cazadores. Don Juan Carlos, de 74 años, viajó sentado durante las ocho horas que duró el vuelo y, tras aterrizar en Torrejón de Ardoz, se desplazó en un monovolumen al Hospital USP San José, de Madrid, donde le aguardaba el doctor Ángel Villamor, que había sido avisado desde Botsuana por el médico del Rey.

Ya en España, la intervención quirúrgica, que duró dos horas y cuarto, se desarrolló satisfactoriamente. Los médicos no se limitaron a restaurar la cadera fracturada en tres partes, porque tenía signos de artrosis, y procedieron a sustituírsela por una prótesis. Después el Rey estuvo ocho horas en observación en la UCI postoperatoria y, 24 horas después de la caída, a más de 7.500 kilómetros de distancia, Don Juan Carlos se encontraba con buen ánimo recuperándose favorablemente en una habitación del hospital. En la misma tarde de ayer, el Monarca se levantó para realizar su primera sesión de rehabilitación. Ahora por delante le quedan cuatro o cinco días de hospitalización, diez para volver al despacho y uno o dos meses de recuperación para poder realizar cualquier actividad física, según precisó el cirujano Ángel Villamor después de la operación.

Sorpresa

A esas horas, los españoles todavía no habían asimilado su asombro ante lo que habían ido conociendo a lo largo de la mañana del sábado, cuando se despertaron sorprendidos no solo por la noticia de que el Rey hubiera sufrido un accidente y se hubiese fracturado la cadera sino porque éste hubiera ocurrido en Botsuana, donde la mayor parte de la opinión pública ni siquiera sabía que estaba.

Al tratarse de un viaje privado, la Casa del Rey no informó a los medios de comunicación del desplazamiento del Jefe del Estado. Sin embargo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sí que estaba informado del viaje del Rey y del repentino regreso, del que le informó el propio Don Juan Carlos por teléfono antes de partir. El jefe del Ejecutivo siguió atento al desarrollo de la operación y a la evolución de Don Juan Carlos. Aunque los médicos indicaron que el Monarca ya podía recibir visitas, Rajoy prefirió no visitarle el mismo día de la operación.

Visitas

Quienes sí se acercaron a ver al Rey fueron el Príncipe de Asturias y la Infanta Doña Elena, con su hija Victoria, que lo hicieron a última hora de la tarde. A la salida del centro, esta última dijo que «todo ha salido muy bien», que el Rey «está en benas manos» y que «todos estamos al tanto» de las novedades. Además, sobre su hijo Felipe añadió igualmente que «está muy bien, aguantando el pobre». Algo más tarde, sobre las nueve, fue el Príncipe de Asturias el que abandonó el centro sanitario. A la salida, como había hecho la Infanta, se dirigió a los periodistas para asegurar que su padre está «muy bien, muy animado, con hambre y deseando enseguida levantarse y volver a la actividad».

Una hora

Don Felipe permaneció en el hospital cerca de una hora, durante la cual comprobó el buen ánimo del Rey, que incluso está contento, según aseguró, de haber superado el trance de la implantación de una prótesis de cadera, porque era algo que él sospechaba que «antes o después iba a tener que hacerse». «Ya le conocéis —comentó DonFelipe—; es imparable, así que pronto le veremos renovado y contento».

Aprovechando el momento que está atravesando la Familia Real, el más amargo del Reinado, el dirigente de Izquierda Unida, Cayo Lara, que ayer celebraba el aniversario de la II República, se dedicó a atacar a la Monarquía y a Don Juan Carlos. Lara acusó al Rey de «falta de ética y respeto» por «marcharse a un país africano a matar elefantes» en estos momentos de crisis económica. El diputado andaluz de IU Juan Manuel Sánchez Gordillo vio «una señal» en la coincidencia de las fechas (ayer fue 14 de abril). Incluso, la Izquierda Plural anunció su intención de debatir el viaje privado del Rey en el Congreso de los Diputados. Ni el PP ni el PSOE quisieron pronunciarse sobre este asunto ni sobre los ataques dirigidos a la Institución, más allá de desearle «una pronta recuperación» a Don Juan Carlos.

Mientras tanto, en el Palacio de La Zarzuela se reorganizó inmediatamente la agenda de actos públicos y privados de la Familia Real para los próximos días. Don Juan Carlos tenía cinco actos públicos programados para la próxima semana, dos mañana lunes, que serán presididos por el Príncipe de Asturias. Como ha hecho siempre que se le ha requerido, Don Felipe asumirá la labor institucional que le corresponda.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación