Londres reivindica el callejón donde «aterrizó» Bowie como «Ziggy Stardust»

El nombre completo del LP era «El ascenso y caída de Ziggy Stardust y las arañas de marte», una odisea sonora espacial que empezó a navegar hace ahora 40 años, cuando Bowie aceptó a regañadientes bajar un momento a la calle para rematar la sesión fotográfica con Brian Ward.

El fotógrafo tenía un estudio en alquiler en Heddon Street, un callejón perpendicular a Regent Street . Había sacado ya 17 fotos a la banda en el interior del apartamento cuando sugirió salir a la calle. Era el mes de enero, hacía frío fuera y había llovido todo el día, por lo que los «Spiders» –Mick Ronson (guitarra), Trevor Bolder (bajo) y Mick Woodmansey (batertía)– se negaron. Bowie sí posó, en cambio, con la guitarra al hombro y la pierna izquierda sobre una papelera a la luz de una farola .

«Hacía frío y me sentí como un actor», dijo en su día Bowie, que luce en la fotografía un insólito traje de trapecista verde. Junto a su mujer en la época, Angie, habían hecho en la cercana Regent Street las compras de ropa para el estilismo futurista que luce la banda en toda la iconografía que rodea al disco. «Costó un poco que nos convencieran, sobre todo con lo de maquillarnos, pero dijimos que adelante porque siempre habíamos querido estar en una banda famosa», explicaba Bolder en una entrevista reciente.

En ese mismo lugar, el Patrimonio Real ha descubierto hoy una placa negra conmemorativa para celebrar un disco, producido por Ken Scott, que figura siempre en lo más alto de cualquier ranking de obras clave del rock. El lugar era ya un punto de peregrinación de fans de Bowie. Ahora, formará parte de la oferta oficial de Heddon street, un callejón que poco tiene que ver con la escena lúgubre de la portada . Heddon fue peatonalizada en 2009, y concentra en una encantadora esquina apartada del ruido de Regent hasta nueve restaurantes y bares, algunos muy de moda como el marroquí Momo , el Ice Bar o el restaurante vegetariano Strada .

El Patrimonio Real (Crown Estate) es uno de los promotores inmobiliarios del ambicioso plan de renovación del West End londinense, y con este gesto aspira a recalcar la transformación de la zona. El Estate gestiona una cartera inmobiliaria de 7.000 millones de libras en todo el país, compuesto por propiedades urbanas y rústicas que son todavía propiedad de la Reina . La soberana no se beneficia personalmente de estos dominios, puesto que el fondo entrega cada año sus beneficios al Tesoro público, y responde ante el Parlamento por su actuación.