Pauline Ducruet, la «sirena de Mónaco»

Apareció junto a su madre inaugurando la 36 edición del Festival Internacional de Circo de Mónaco , en el que participó activamente. Y sorprendió más que gratamente. Hasta ese día, los monegascos solo la habían visto en apariciones fugaces y muy contadas.

Pero, en esta ocasión, tuvieron tiempo de someterla a examen: Pauline no se perdió ni una función y ejerció de presidenta del jurado de las nuevas generaciones. ¿El resultado de la evaluación? Un sobresaliente.

No solo por su atractivo, que recuerda al de su abuela Grace Kelly , sino también por su simpatía, que está cautivando al Principado. La llamada ' sirena de Mónaco ' es hoy, a punto de cumplir 18 años, todo un descubrimiento que promete dar mucho que hablar.

Ni su abuelo Rainiero ni su tía Carolina quisieron saber nada de ella cuando nació. Pauline, al igual que su hermano Louis, estaban condenados al ostracismo por sus familiares. Estos encontraban escandaloso que la princesa Estefanía hubiera elegido como padre de sus vástagos a un guardaespaldas, llamado Daniel Ducruet .

Para ellos, era una salida de tono más de la díscola Estefanía que no podía tolerarse en una familia como la suya. Especialmente, si esos hijos habían nacido fuera del matrimonio, como era el caso.

Sin embargo, finalmente Rainiero cedió –cuentan que con algo de ayuda del príncipe Alberto, que le hizo ver las cosas desde otro punto de vista– y tras el matrimonio de Estefanía con Ducruet, reabrió las puertas de palacio tanto a su hija como a sus nietos Louis y Pauline.

La única que seguía sin aceptar, al menos públicamente, la relación de Estefanía con su guardaespaldas era su hermana, Carolina, que no asistió al enlace. Alrededor de 18 meses después de aquella ceremonia, el vídeo de Ducruet con una stripper, en actitud más que cariñosa, terminó con la relación de los padres de Louis y Pauline.

Para entonces, Rainiero ya adoraba a sus nietos. Por su parte Estefanía tenía a sus hijos, que eran el regalo más preciado que le había hecho Ducruet, por lo que aseguró públicamente que, a pesar de la humillación, nunca le odiaría.

Lo que sí tenía claro es que sus hijos no pasarían por lo mismo que ella o sus hermanos y adquirió el compromiso de dejarlos totalmente apartados de la prensa, para intentar que tuvieran una vida normal. Y lo cumplió: salvo contadas excepciones, como galas benéficas, no hay imágenes de los hijos de Estefanía.

De hecho, la aparición de Pauline en el Festival de Circo de Mónaco fue decisión de la joven nieta de Rainiero, según manifestó ella misma. Dijo que quería hacer algo por ella misma, involucrándose tanto como hiciera falta, y acabó siendo la mano derecha de su madre.

Cuentan quienes conocen a la princesa Estefanía y a sus hijos que las sonrisas que lucen cuando están juntos no son una pose. Especialmente si se trata de Estefanía y Pauline, con la que la hija de Rainiero mantiene una relación especial.

En parte, porque ha heredado su atracción por el circo. Pero no solo comparten aficiones. Entre ellas también existe una química especial, hasta el punto de que Estefanía dice verse reflejada en su hija: asegura que tienen las mismas expresiones y gestos, y que Pauline es una especie de 'miniEstefanía' .

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