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entrevista

«No sé si la política es la causa o la excusa para no casarme»

Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León

«No sé si la política es la causa o la excusa para no casarme» paco de las heras

montserrat lluis

Manuel Fraga recomendó a Rajoy casarse si quería hacer carrera política. El hoy presidente del Gobierno de España le hizo caso. Juan Vicente Herrera, no. O todavía, no. A una semana de cumplir 56 años, sigue soltero. «¡Por eso no llegaré nunca a nada más!», bromea el que lleva una década a la cabeza de la Junta de Castilla y León. Abogado por la Universidad de Navarra, se estrenó en 1992 como secretario general de la consejería de Economía y Hacienda y fue portavoz del PP en las Cortes regionales entre 1995 y 2001. Ese año pasó a ocupar el despacho que dejó libre Juan José Lucas al ser nombrado ministro de Aznar.

Se encontró media docena de cuadros colgados de aquellas paredes presidenciales. Uno impactó de lleno en el nuevo inquilino: aquel que muestra una puerta abierta pero que para él encierra «un mensaje político». «Me recuerda que un día deberé cruzarla para salir». El candidato más votado de España en las últimas elecciones autonómicas —junto con el murciano Valcárcel— la ve de continuo desde su mesa. Y la mira de frente. Cada vez desde más cerca. Sin miedo. Está convencido de que, pasado el umbral, no le recibirá el vacío. «Hay vida después de la política». Lo que no está tan claro es que la haya durante... En su caso, al menos.

—Ha decidido que los funcionarios de su comunidad trabajen media hora diaria más. ¿Cuántas dedica usted?

—Ja, ja. Todas, pero no soy el único. No podemos decir que no hay productividad en la función pública. Médicos y maestros pero también los demás funcionarios trabajan con voluntad. Y el presidente no es una excepción, aunque, desgraciadamente, por su responsabilidad y su manera de ser, tampoco diferencia las horas estrictas de trabajo del resto de la jornada. Muchos días te llevas las preocupaciones y dramas a tu ámbito privado. Te quitan muchas horas de sueño. Pero no pretendo constituirme ni en ejemplo ni en mártir.

—¿Tan intensa dedicación política le ha impedido formar una familia?

—No. Tengo mi vida particular y he de añadir que, aunque no haya formalizado un matrimonio, también cuento con mis quereres privados. No obstante, muchas veces me he planteado si la política es la causa o la excusa que me he buscado para no resolver de una forma ordinaria u oficial mi vida privada.

—¿Le hubiera gustado ser padre?

—Conforme voy cumpliendo años, me doy cuenta de que es un aspecto de la vida, no imprescindible, pero sí muy importante al que por mil circunstancias hasta este momento yo he renunciado. Aunque nunca es tarde tampoco, ja ja. Mi hermano me ha dado tres sobrinas preciosas.

—Es muy aficionado a la lectura.

—Hoy mismo he recibido con gran ilusión la última obra del que fue gran cronista sobre la Guerra Civil, Manuel Chaves Nogales: «La defensa de Madrid». Y todos los sábados voy a mi librería de cabecera en Burgos, donde me acabo de comprar «Pequeño tratado de los grandes vicios», de José Antonio Marina, que me está gustando mucho.

—Menos que el Camino de Santiago...

—El Camino es una pasión. Es una forma de dimensionar tu existencia y de llegar a la esencia. Te permite vincularte a la tierra, caminar, pensar, racionalizar y espiritualizar un esfuerzo... También te ayuda a entender el sentido del límite, que es muy importante. A mí me lo enseñaron mis padres y es el que te lleva a acariciar la posible felicidad de esta vida. Si no tienes un sentido del límite, todo te parecerá poco y, por tanto, no puedes apreciar algo como el Camino, hecho de pequeños gozos, sensaciones... La vida es así. Hay cosas mucho más importantes que la política, y eso me lo ha enseñado el Camino.

—¿Cocina?

—Esta Navidad hice espaguetis a mis sobrinas, y estaban felices... Pero, como soltero, agradezco el esfuerzo que están haciendo empresas tipo Cascajares o Campofrío para facilitarnos el abrir y comer. Aunque creo que, con el tiempo, sí me dedicaré a la cocina.

—¿Qué me aconseja si voy un fin de semana a Burgos, su ciudad natal?

—Tómate una buena morcilla —si quieres con unos pimientitos y un huevo frito—, un lechazo, buen vino de Ribera del Duero y un buen pan blanco.

—¿Por qué es tan poco aficionado a los medios de comunicación?

—No es verdad... Hay gente que seguramente tiene mayor imagen, facilidad, se siente más cómoda. Además, pienso que los políticos tenemos hiperpresencia en los medios.

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