Robert Downey Jr.: «Si te gastas 125 millones, todo tiene que ser muy grande»

—¿Qué es lo que más le gustó: las escenas de lucha, el ajedrez con Moriarty o sus desventuras con Watson?

—Creo que fue una combinación de todos los factores, más la carne fresca, con Noomi Rapaci reuniéndose con Holmes y Watson, como una tercera pata intrigante. No es nada fácil darle lugar a una mujer en una película con dos personajes masculinos tan fuertes. Pero estoy muy satisfecho con los resultados.

—¿Está de acuerdo con que la acción gane por goleada al componente intelectual, por así decirlo?

—Claro que sí, yo siempre quiero más escenas de acción. Teníamos el listón muy alto con la primera entrega, y llegué a preocuparme por si no podíamos multiplicarlo por cinco, lo cual me hubiera hecho sentir muy miserable. A lo mejor me tomo todo muy a pecho. Si gastas un presupuesto de 125 millones de dólares, todo tiene que ser muy grande.

—A pesar de tanto dinero, al final pequeños trucos como disfrazarse de mujer son impagables, ¿verdad?

—Bueno, como tampoco íbamos a optar al Oscar a la Mejor Película, dimos rienda suelta al maquillaje y al vestuario (risas). Los disfraces también son el doble que en la primera película. Y, no sé por qué, pero creo que todos esperaban que me vistiera como mujer ya en la segunda escena.

—¿Cree que este Holmes es más «jamesbondiano» que nunca?

—Sí, sobre todo por el aspecto internacional de la película. Es algo que hablamos antes de empezar a rodarla y nos gustó ese estilo. También ayudó que muchas intrigas que Conan Doyle escribió no solo suceden en Londres.

—Después de haber sido dos veces Sherlock Homes, ¿se siente dueño del personaje?

—Ni mucho menos, eso sería menospreciar al resto de excelentes actores que lo interpretaron antes. Solo diré que es un honor formar parte de esta franquicia.

—Una franquicia que le ha hecho volver a sentirse una estrella, ¿no?

—Puede resultar extraño pero no me siento ninguna estrella. En la mayoría de los rodajes, hay compañeros que se aislan para almorzar, revisar mails o fijar alguna reunión de negocios. Para mí es diferente. Me encanta comer con el resto del equipo porque me siento en familia. No importan los horarios o lo cansado que estemos. Siempre trato de ir al mismo lugar para encontrarme con la gente.

—¿Alguna vez ha tenido un grado de complicidad con alguien como el que une a Holmes y Watson?

—Sin ir más lejos, con Jude Law. Somos muy amigos. Y con el director, Guy Ritchie, que prácticamente es mi hermano, aunque hay veces que quiero cortarle la cabeza con un machete, pero es porque le quiero mucho.

—¿Y Susan Levin, productora del filme y su esposa en la vida real?

—Eso por descontado, aunque más que colegas íntimos, yo soy el jefe en casa y también soy el jefe en el estudio. Digamos que no dejo demasiado lugar para discutir sobre ese tema (risas). Hablando en serio, lo que de verdad nos une es nuestra pasión por el cine, sobre todo el de los años 70 y 80. Nuestras películas son nuestros hijos y pasamos todo el tiempo juntos. Nuestra relación es el artefacto de nuestras películas, más allá de nuestro actual embarazo o nuestras peleas. A veces, ciertas épocas se demuestran muy fácilmente con una película que sale. El cine es la consecuencia de nuestra relación. Es bastante estresante. ¿Si me divierto en el proceso? Eso espero; si no, no merecería la pena.

—¿Cuántas películas más de Sherlock Holmes piensa hacer?

—Calculo que alcanzaré las 23 que lleva Bond a los 90 años, aunque sea con bastón.