La fuerza de la Fura
El Liceo de Barcelona estrenó el sábado «El gran macabro» de Ligeti, nunca escenificada en España, con puesta en escena del grupo catalán
PABLO MELÉNDEZ-HADDAD
Un detalle en primer plano de la corteza de un cerebro fresco ilustra la portada del programa de sala de «El gran macabro», la única ópera escrita por György Ligeti que por fin vivió su estreno español, anoche en el Liceo barcelonés, obra ... maestra contemporánea que llegó en una aplaudida producción de La Fura dels Baus.
Y del seso a la víscera: el montaje propuesto por Àlex Ollé y Valentina Carrasco le da la vuelta a la obra para llevársela al terreno «furero» de la mano de impresionantes imágenes debidas a la monumental joya escenográfica que articula la propuesta: la muñeca «Claudia», un artilugio que impacta. Gracias a este prodigio la carnalidad que protagoniza a la muerte se pasea por el escenario describiendo, con guiños certeros, un libreto sin tapujos y unos personajes que lindan el esperpento previo al final de la vida.
El texto propone mil bromas que se plasman en escenas grotescas muy bien solucionadas —ese pubis peludo es inolvidable—; La Fura llega al corazón de la obra sacándole punta a esta compleja partitura gracias a un brillante espacio escénico-poético —de Alfons Flores—, vívido gracias a unas proyecciones geniales del videoartista Franc Aleu, el mismo de la «Tetralogía» del grupo catalán.
La espacialidad de la música de este Ligeti estuvo bien defendida por una Sinfónica liceísta surtida de elementos novedosos, desde peluches de goma hasta dos clavecines, dando rienda a un amplio abanico tímbrico que crea atmósferas y narra sentimientos. La orquesta, el coro y los solistas estuvieron guiados por Michael Boder y del amplio reparto destacaron el ejemplar Piet borracho de Chris Merritt, la desenvuelta Mescalina de Ning Liang, el paciente Astradamors de Frode Olsen, el repelente e incisivo Príncipe Go-Go de Brian Azawa, el eficaz dúo de ministros de Paco Vas y Simon Butteris y el rotundo Nekrotzar de Werner Van Mechelen.
Una pena que la entregada, excelente actriz y sobreagudísima Barbara Hannigan no haya podido ofrecer un retrato vocalmente más consistente de sus personajes, pero su desempeño fue siempre el más entregado.
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