Volantes al mejor postor

Por el circuito del Golfo han pasado estos días un total de 23 pilotos de entre 18 y 24 años —salvo la excepción de Gary Paffett (30), al que McLaren sigue aprovechando como «joven piloto» por su inexperiencia en las carreras—. La gran mayoría de ellos se ha subido al monoplaza previo pago de una cantidad que oscila entre los 300.000 y los 700.000 euros (el precio varía según la entidad del equipo), y para muchos es probable que ésta haya sido la primera y última oportunidad de probar un Fórmula 1. Un intento a la desesperada de conseguir la vuelta perfecta y mostrar la valía personal a los mandamases de las escuderías.

En la F-1 actual es lo que toca. Solo talentos descomunales como Hamilton o Vettel han logrado saltarse las reglas . Para el común de los mortales el recorrido por las categorías inferiores hasta el Mundial ya supone una inversión de millones de euros y una búsqueda incesante de patrocinadores. Al llegar a la Fórmula 1, la cosa no cambia un ápice. Los resultados quedan en un segundo plano. Hay que ser más rápido en el paddock que en la pista para negociar con ventaja. Un test vale «tanto». El puesto de probador, un poco más. Correr una temporada son ya palabras mayores.

Lo curioso es que el sistema parece funcionar. Para las escuderías es un buen filón económico al que no pueden ni quieren renunciar. Y la mayoría de pilotos lo asumen con pasmosa naturalidad porque no les queda otra. El barcelonés Dani Clos (23 años), el único español presente en los test al volante de un Hispania , lo resumía así: «Incluso si ganas la GP2 tendrás que pagar, porque actualmente los equipos necesitan dinero. No es cuestión de talento, sino de tener un respaldo económico detrás».

A Clos no le duelen prendas en reconocer que también ha pasado por caja, pero otras jóvenes promesas del automovilismo español no pueden asumir esa carga y elevan la voz para reivindicar el talento. Es el caso de Roberto Merhi (20 años, campeón de la Fórmula 3 europea). No ha dudado en calificar de «broma» los tests de Abu Dhabi y cuestionar las cualidades de muchos de sus participantes. El castellonense, que este fin de semana se juega la victoria en el prestigioso Grand Prix de Macao, también asume que el dinero manda a la hora de correr en la F-1, pero se rebela ante ello. «No es justo. Y el futuro será aún peor», sostiene.

Entre tanto negocio quedan algunos pilotos, los menos, para los que el test de Abu Dhabi sí que ha sido una prueba vital en su carrera. Es el caso del francés Jean Eric Vergne (21 años, subcampeón de las World Series) . Joven cachorro de Red Bull desde 2008, en Abu Dhabi se jugaba sus opciones de pilotar un Toro Rosso el próximo año. Al volante del RB7 campeón ha sido el que más méritos ha hecho durante los tres días, con un tiempo final que apenas superaba en una décima el que firmó Vettel en la clasificación. Si ha sido suficiente ya se verá, que con Helmut Marko como responsable del escrutinio nunca se sabe.