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Silvio Berlusconi anuncia su esperada dimisión

El primer ministro italiano renuncia después de que la Cámara de Diputados apruebe el ajuste exigido por la Unión Europea

Silvio Berlusconi anuncia su esperada dimisión AFP

ANGEL GÓMEZ FUENTES

Día histórico para Italia y fin de una época que ha durado casi dos décadas. Italia celebró ayer la despedida de Silvio Berlusconi como una liberación. Durante las últimas horas de Berlusconi como primer ministro, se congregaron frente al palacio de la Presidencia manifestantes que profirieron gritos contra «Il Cavaliere» y sus ministros . «Bufón» fue uno de los insultos que más le gritaron. Otros le tiraron monedas, como hicieron en su día con la salida del Gobierno del corrupto Bettino Craxi.

Ante el Palacio del Quirinal, donde Silvio Berlusconi realizó su último acto como primer ministro con la presentación de su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano, una banda de músicos se reunió espontáneamente para entonar el «Aleluya» de Haendel. Hubo también varios aplausos de algunos manifestantes que acudieron en su apoyo: un fiel reflejo de la profunda división que el mandato de «Il Cavaliere» ha ocasionado en el país.

El último acto público de Berlusconi tuvo lugar en la Cámara de Diputados, que aprobó, con 380 votos a favor (la Cámara cuenta con 630 escaños) la «ley de estabilidad de presupuestos de 2012», que contiene las duras medidas exigidas por la Unión Europea para la estabilización de las cuentas del país. La entrada de Silvio Berlusconi en el hemiciclo estuvo cargada de emociones contrastadas: alegría y sensación de liberación en el centro-izquierda, y nostalgia por una época que se va irremisiblemente y que ya no volverá en las filas del berlusconismo.

Los diputados de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), se pusieron en pie gritando «Silvio, Silvio». Una despedida de agradecimiento. Un nostálgico adiós.

Con la tensión por las nubes, en la Cámara se pronunció algo así como un duro responso político por la caída de Berlusconi. Así lo entonó Dario Franceschini, presidente del grupo parlamentario del Partido Democrático (PD), el más importante de la oposición: «Mañana entramos en una nueva época. Estamos llamados a reconstruir sobre las ruinas» .

Un almuerzo con Monti

Silvio Berlusconi comió en el Palacio Chigi, residencia oficial del primer ministro, con Mario Monti, su sucesor «in pectore». Fue un coloquio de más de dos horas de duración, en el que Monti le explicó su intención de formar un Gobierno en el que haya fundamentalmente técnicos (la lista de ministrables que circula está integrada por profesionales de prestigio, centristas moderados y católicos), varios de ellos relacionados con la prestigiosa universidad Bocconi de Milán, de la que Monti ha sido rector y presidente. Al final, Berlusconi dio el sí al Gobierno de Monti, pero le exigió que mantenga como subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros a Gianni Letta, que desempeña actualmente el mismo cargo. «Il Cavaliere» está sumamente preocupado por el futuro de sus empresas, por su enorme fortuna personal , por los negocios de sus hijos y por los juicios que tiene pendientes. Los juicios los afrontará con las garantías que le dan su condición de parlamentario, pero sin el discrecional poder y protección que le daba su cargo de primer ministro. Puesto desde el que impulsó varias leyes «ad personam» para su impunidad. Eso se acabó.

La oposición se ha alzado contra el deseo de Berlusconi de blindar su futuro judicial y empresarial. El ex magistrado Antonio Di Pietro, líder de Italia de los Valores, afirmó: «No creo que en la reconstrucción (del país) sea posible un Gobierno en el que haya vigilantes que cierran los ojos mientras se desvalija la caja fuerte».

Tras la votación parlamentaria, Berlusconi celebró su última reunión como primer ministro. «Il Cavaliere» les explicó que se debe apoyar a Monti frente a la presión de los mercados, pero añadió que ha impuesto al futuro primer ministro la condición de que sea un Gobierno de «duración limitada», es decir, que no agote la legislatura. Y que se celebren elecciones anticipadas a las que Monti no podría presentarse. Teniendo en cuenta que el centro-derecha tiene la mayoría en el Senado, Berlusconi precisó que, «cuando queramos, podemos hacer caer al Gobierno Monti».

El presidente Napolitano mantendrá hoy contactos con todas las fuerzas políticas, tal y como le exige la Constitución, y encargará a Mario Monti la formación de Gobierno. Monti contará con el voto favorable de la mayoría de las fuerzas parlamentarias. Solo se ha inclinado por el «no» el aliado de Berlusconi, Umberto Bossi, líder de la Liga Norte.

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