Guía práctica para sobrevivir al apocalipsis zombi

«Hay todo tipo de emergencias ahí fuera para las que podemos prepararnos. Por ejemplo, un apocalipsis zombi. Eso es, he dicho a-po-ca-lip-sis-zom-bi. Puedes reirte, pero cuando suceda te alegrarás de haber leído esto», afirma la introducción del texto. Su autor es Ali Khan, médico especializado en Epidemiología y director del CDC. Sus consejos se centran sobre todo en preparar una estrategia de supervivencia para los primeros días de crisis. Es decir, para evitar acabar convertido en comida para zombis hasta encontrar un refugio libre de estas indeseables criaturas.

«Deberías sentarte con tu familia y desarrollar un plan de emergencia. Esto incluye dónde deberías ir y a quién deberías llamar si los zombies empiezan a aparecer ante tu puerta», escribe Khan. Los más versados en la materia, sin embargo, echarán en falta un consejo importante: cómo acabar con los no-muertos. El médico no entra a resolver la clásica disyuntiva entre escopetas y motosierras.

Quizá porque no sería del todo correcto que un organismo oficial incite a la violencia, el plan sugiere simplemente escapar. Para ello, es necesario trazarse una ruta de evacuación: « Cuando los zombies estén hambrientos no pararán hasta que consigan comida —léase cerebros—, lo que significa que necesitarás escapar de tu ciudad rápido». Aporta otra recomendación: pensar varias rutas alternativas.

Con todo, el informe del CDC denota optimismo. Su tono refleja una fe en que el apocalipsis zombi no lo sería tanto, y que la humanidad podría resistir a los no-muertos y volver a la normalidad. Aunque el mismo Khan reconoce que no espera que nadie tenga que huir de sus vecinos tratando de convertirle en su desayuno. Su texto es una exageración, pero cree que es válido para encarar desastres como huracanes, terremotos, pandemias y accidentes nucleares.

En los dos días que lleva en la red, el informe de prevención contra un apocalipsis zombi es lo más leído en toda la historia de la web de la CDC. Se trata de una campaña «irónica» que la institución ha lanzado, después de que sus expertos se quejasen de lo difícil que resulta que el público les preste atención en sus campañas de prevención contra grandes catástrofes. Y desde luego, han conseguido esa atención. Han sabido canalizar la preocupación que existe ante esa amenaza que permanece latente en los cementerios de todo el mundo.