Novacaixagalicia necesita captar 1.500 millones para sobrevivir

Un proceso que ha sido calificado por varios consejeros de «duro y difícil», en el que la caja gallega vuelve a imitar los pasos dados por La Caixa, que está presentando este mes en mercados europeos y estadounidenses a Caixabank, el banco creado para operar en el mercado financiero. El anunciado «road show», gira internacional, aún no tiene itinerario fijado, dato que junto a otros será desvelado en una rueda de prensa prevista para la próxima semana, si bien ha sido elegido como la mejor fórmula en busca de fondos privados, empresarios a los que les harán partícipes de su proyecto de futuro.

Y mientras continúan los trámites para obtener una nueva ficha bancaria y cumplir los nuevos requisitos de capital exigidos por el Gobierno central y el Banco de España, se mantiene activo el plan de desinversiones previsto y que hasta el momento, se salda con la venta de algunas participaciones en empresas como las portuguesas EDP y Brisa. En este mismo capítulo se enmarca la venta de negocio de varias oficinas en el territorio nacional, excedente en su mayoría de la fusión entre Caixanova y Caixa Galicia —cifrado en un principio en 300 sucursales—, sobre las que, según fuentes que ha podido consultar ABC, podría estar muy interesada La Caixa. Es más, apuntan a que entre hoy y mañana siete miembros de la entidad catalana vendrían a Galicia para estudiar su compra sobre el terreno.

Ninguna vía se descarta en la búsqueda del tan ansiado capital, y es por ello que la «cautela» se ha convertido en la tónica general en las intervenciones públicas de los responsables de la entidad y de los miembros de la Xunta de Galicia, quienes mantienen la discreción a la hora de poner nombres y apellidos a los futuribles inversores. Si por un lado suena con fuerza que las negociaciones con Unicaja para un posible SIP avanzan; otras fuentes, de merecida credibilidad, apuntan a que en estos términos no hay nada cerrado más allá de los muchos contactos abiertos de cara a estudiar una posible asociación que, en todo caso no descartan.

Pero más allá de las especulaciones, desde Novacaixagalicia reconocen que «aún no tienen claro que la caja pueda conservar la mayor parte de las participaciones en el nuevo banco», aunque defienden que aspiran a ello, y esperan a conocer los datos definitivos del regulador sobre las necesidades de cada entidad, una información que se comunicará mañana jueves. «Nuestra principal apuesta y en lo que estamos centrados en este momento es en captar capital privado dentro y fuera de Galicia», afirmaba Pego el lunes, al tiempo que indicaba que están recabando toda la información y en los próximos días harán públicos los datos referidos a la situación de la caja fusionada gallega.

Por otra parte, el subgobernador del Banco de España y presidente de la Comisión Rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Javier Aríztegui, salía ayer al paso de las críticas del PP nacional negando que el supervisor haya incurrido en «discrecionalidad» al conceder ayudas adicionales del Fondo a Caixa Catalunya y Unnim y negársela a otras entidades que las solicitaron antes de la aprobación del decreto ley de recapitalización de la banca, entre las que se encuentra Novacaixagalicia.

Sin embargo, Aríztegui no confirmó las solicitudes a las que hizo referencia el Partido Popular, ni se refirió en su respuesta a ninguna de las entidades mencionadas, incluyendo la de la caja gallega, según fuentes parlamentarias consultadas por Ep. Según éstas, el subgobernador se limitó a explicar que si se concedieron a las entidades catalanas y no a otras fue porque en el caso de éstas había una «negociación preexistente» resultado del hecho de que suspendieron los «test de estrés» del pasado verano.

También crecen las críticas entre algunos miembros de consejo de la caja gallega que consideran censurable que el Gobierno central «cambie las reglas del juego con el partido ya empezado». En esta dirección se manifestaba ayer José García Costas, a su vez presidente de la Cámara de Comercio de Vigo, quien marcó el mes de marzo como «período decisivo» para el futuro de la entidad financiera gallega.

El empresario gallego se refirió al decreto por el que se fijan las nuevas exigencias y que, según recordó, «vio la luz mes y medio después de los acuerdos sobre la fusión de las cajas gallegas, como una «decisión política muy dura y difícil de entender». En la misma línea, abogó por dejar a la gente que está trabajando muy duro en este tema que «siga trabajando». «Que nuestros políticos con representación en Madrid y el presidente de la Xunta, desde Galicia, ayuden a resolver este galimatías», añadió, para volver a insistir en que, a su juicio, las nuevas exigencias son una «decisión política que no tiene parangón y que no se respalda por ningún dato económico internacional».