Google tumba a Zu Guttenberg

Karl Theodor zu Guttenberg, socialcristiano de 39 años, lo ha calificado como "el paso más doloroso de mi vida" tras informar de su decisión a la canciller federal y al presidente de la república, Christian Wulff . Internet había sido capaz de movilizar una formidable cacería en su contra y el ministro ha confesado "haber llegado al límite de mis fuerzas".

Angela Merkel , que debía inauguraba a primera hora la mayor feria tecnológica mundial en Hannover, la CeBIT, en compañía del primer ministro turco, interrumpió el programa para mantener una larga conversación telefónica con Berlín, para ponerse de acuerdo con sus socios de coalición, el liberal Guido Weste rwelle (FDP) y el socialcristiano Horst Seehofer (CSU).

En un nuevo ejercicio omnímodo de las redes sociales, tras una acusación inicial sobre unos párrafos su tesis, sin anotar su fuente, se había convetido en el gran divertimento cruzar textos de zu Guttenberg en el buscador Google, a fin de hallar sospechosos paralelismos en su trabajo sobre desarrollo constitucional en los EEUU y en la UE.

De resultas, en las últimas horas, más de 30.000 doctorandos y personal académico de Alemania habían publicado una carta abierta, dirigida a la canciller, recusando la postura del gobierno en relación al presunto plagio y el mantenimiento del ministro pese a su pérdida de credibilidad. En la universidad alemana, copiar textos es considerado un atentado de lesa academia y los doctorandos deben realizar un juramento al respecto, a la presentación de su trabajo.

La inmensa popularidad del joven ministro, descendiente de la familia Guttenberg y moderno aristócrata, no se había visto sin embargo afectada en este caso, con medios y voces en su defensa, que denunciaban la caza de brujas, la dictadura tecnológica de las redes y hasta filisteísmo académico, como sugiere Jan Fleischhauer en el Spiegel, pues los propios profesores que laurearon con la mejor nota la tesis del ministro habrían acelerado su caída "para desviar el golpe" y salvarse.

El ministro reaccionó al principo con soberbia pero luego reconoció en su trabajo “errores graves que no cumplen con el código científico”, aunque añadió que “esos errores no los cometí de forma consciente y debo preguntarme cómo pudo ser que, en parte, perdiera el rastro de las fuentes”. Se admite que perder “el rastro de las fuentes” es frecuente en trabajos académicos, pero cuando el problema alcanza posiblemente a unos 80 pasajes no citados y un 20% del texto (alguno asegura que hasta dos tercios) empieza a resultar más chapucero o falsario que convincente.

Precisamente la inmediatez de la torpeza ha sido acusación creciente en este ministro hiperactivo y resolutivo, con sospechas de manipulación expedita de asuntos del ejército en Afganistán o en la marina. Pero como avisaba el día antes el director del Frankfurter Allgemeine Zeitung, Berthold Kohler , la propia canciller "se había arrinconado en una posición inmanejable" con el argumento de que ella había elegido a un ministro, a su entender excelente, y uno un doctor para el cargo.

Ante el espectacular deterioro de imagen, en las propias filas del gobierno se han terminado escuchando críticas a Guttenberg, como la del presidente de la Cámara baja del Parlamento (Bundestag), Norbert Lammert , o de la ministra de Educación e Investigación, Annette Schavan, quien ha dicho avergonzarse del comportamiento de su homólogo de Defensa.