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El fenómeno «streetstyle», del anonimato al estrellato

La fauna del mundo de la moda es hoy en día una especie a retratar. Y los que se ocupan de hacerlo son jóvenes armados de una cámara de fotos y un buen ojo para las tendencias. Ellos son los nuevos reyes del fotoperiodismo de moda.

El fenómeno «streetstyle», del anonimato al estrellato

ANA UREÑA

Uno de los habitats naturales de las ‘fashionistas’ son las pasarelas. Y el mejor sitio para observarlas de cerca es a su llegada a los desfiles. Por ello, un pelotón de fotógrafos espera pacientemente en la entrada. Ellas llegan con efecto goteo, algo que facilita la labor de los chicos y chicas que –cámara en mano– se acercan timidamente a ellas con la pregunta: ¿te puedo hacer una foto para mi blog?

Entre los más reconocidos están Scott Schuman de The Sartorialist y Tommy Ton de Jak & Jil. La tarjeta de presentación del primero es que Carinne Roitfeld (la directora de Vogue Paris) cruza la calle si el se lo pide, para que no esté a contra luz. El segundo, más discreto, prefiere trabajar de lejos, estilo ‘sniper’ para captar detalles de los looks, más que looks enteros

Lo curioso de esta relación fotógrafo-sujeto es que es de total dependencia. Los fotógrafos necesitan a esas personas con el bolso de Prada de pre temporada, el abrigo del showroom de Isabel Marrant y las sandalias del desfile de Balenciaga. La gente que tiene acceso a ello son, en gran parte, las estilistas de moda. Sin estilistas, no habría qué fotografiar y sin fotógrafo no quedaría constancia del look de ellas. No puede existir uno sin el otro.

Los fotógrafos han sido los responsables de lanzar a las estilistas al estrellato, ya que antes, nadie les ponía cara, y es gracias a ellos que se han convertido en iconos de la moda a nivel global. Por ello, una de las consecuencias de este nuevo binomio en el mundo de la moda, es la de  que las fashionistas se preocupan cada vez más por su look. Entre las preferidas está Anna Dello Russo, directora de moda de Vogue Nippon, Christine Centenera, del Bazaar australiano, y todo el equipo, al completo, de Vogue Paris.

La frase más genial que resume este fenómeno es la que ha plasmado Style.com en su web, donde cuentan con una colaboración de Tommy Ton: “Tommy can you see me?” (Tommy, ¿me ves?). Porque eso es lo que parecen pensar todas cuando llegan a los desfiles.

A veces es difícil recordar que no son modelos, porque muchas de las chicas que salen en estos blogs podrían serlo. El morbo de la “gente normal” y de la estética “streetstyle” ha causado tal revuelo que hasta las grandes firmas se han interesado por ello. Los equipos de marketing han visto una nueva forma de vender su producto, no a través de modelos, sino a través de “gente real”. ¿Resultado? Scott Schuman y sus fotos exclusivas para Burberry en una campaña que llamaron “The Art of Trench” y que integraron en su blog para que las fotos parecieran “robadas” por la calle, cuando en realidad eran muy estudiadas y su finalidad era la de vender la ropa de esta firma.

A ellos le siguieron muchos, entre otros Louis Vuitton, que en vez de contar con modelos, eligieron a tres “it girls” internacionales para hacer la campaña de sus bolsos Monogram Empreinte. ¿Y los últimos en unirse a esta tendencia? Benetton, que ha convocado un casting global en internet para elegir a los protagonistas de su nueva campaña, y la joyería Suárez, que para las imágenes de publicidad de la nueva firma de joyería Aristocrazy han contado con Scott para hacer las fotos. El lugar elegido: Nueva York y la idea: que las joyas las usan las chicas ‘cool’ del Soho, del Meatpacking District y del Upper East Side.

Le deseamos larga vida al fenómeno ‘streetstyle’, que no ha hecho más que empezar, ya que las fashionistas no parecen ser una especie en vías de extinción.

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