24 horas con Michelle Obama

En el interior del Villa Padierna, salvo por quienes mantienen un ojo discreto sobre la seguridad, resulta prodigioso que nadie de entre los tranquilos clientes parezca percatarse siquiera de la que ha sido calificada como “la visita del siglo” a una Costa del Sol, tan ansiosa de inaugurar una nueva era Obama y recuperar su señero buen nombre.

La cerrada comitiva presidencial ha partido hacia la Alhambra y el Albaicín, postponiendo el día de playa y paddel para la mañana del viernes, según fuentes del hotel. Pese a los 180 kms de distancia han optado por el automóvil, pero los encargados de la seguridad confirman que la columna viaja a una velocidad de crucero de 200 kilómetros por hora.

En Granada y con el tráfico cortado en la Gran Vía, los Obama van a visitar la catedral a las 14:30. Posteriormente se van a desplazar a los pies del palacio de la Alhambra , al tradicional barrio del Albaicín, declarado patrimonio de la humanidad según la Unesco y del que el ayuntamiento no para de recordar el efecto causado sobre el ex presidente Clinton, en su parada para contemplar el atardecer desde el mirador de San Nicolás.

La visita histórica proseguirá en el Sacromonte, de cuya honda tradición flamenca cabe esperar que induzca a una cena con palmeros de fondo, según fuentes municipales, y para la monumental Alhambra y los jardines del Generalife se reserva un paseo con las últimas luces y calores, a partir de las 20:00 horas y antes de regresar a Benahavís hacia las diez de la noche.

El alcalde José Torres Hurtado niega todo contacto oficial a petición del visitante, pero repite como toda la costa marbellí el “gran espaldarazo publicitario” que supone para la ciudad “más bonita del mundo” y la región costeña. Cálculos circulantes estiman de algún modo en 50.000 “impactos mediáticos”, que traducido quieren suponer unos 800 millones de beneficios para la zona, las imágenes de las elegantes vacaciones del primera dama estadounidense en la costa española.