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TOUR DE FRANCIA

La marcha fúnebre de Armstrong

Sin suerte ni opciones, desfila casi oculto hacia París, donde concluirá con una derrota su victoriosa era

Reuters

J. Gómez Peña

Desde hace años, Bernard Hinault recibe al líder en el podio del Tour. De campeón a campeón. “Monsieur Hinault, ¿cómo ve a Armstrong?”. Y el bretón, duro y ácido, responde: “No le veo. Este año no ha pasado por el podio”. La contestación se alarga ... con una sonrisa y un destello de incisivo. Hinault, como tantos, disfruta viendo cómo el Tour pasa de largo ante Armstrong. El americano que anuló a todas las figuras de su generación hace bulto en esta edición: está a 40 minutos del líder. Entre 1999 y 2005 no bajó de la primera plaza. Y el año pasado, tras su retorno, acabó tercero, sólo batido por Contador y Schleck. “Seré más fuerte en 2010”, prometió. No ha cumplido. No ha conseguido reencarnarse en sí mismo. El Tour ve el desfile final, funeral, de su gran conquistador.

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