Alemania, dividida ante un proyecto de reconstruir «la iglesia de Hitler»

El miércoles por la tarde, el parlamento de la ciudad ha rechazado un referendo para que sea los ciudadanos quienes decidan acerca de la reconstrucción. El alcalde socialdemócrata Jann Jakobs por su parte ha dicho que no quiere saber más de los intentos contra la polémica construcción y que en el proceso se ha ajustado todo el tiempo a derecho. Jakobs ha anunciado un diálogo civil al respecto luego de las presiones de Los Verdes y La Izquierda, que exigían un referendo. Según el alcalde, desde su cargo utilizó todas las herramientas disponibles para disolver la fundación eclesiástica fundada en 2008 que gestiona la reconstrucción de la iglesia.

El «Día de Potsdam» en la Garnisonkirche es clave en el ascenso de Hitler y del partido Nazi: era la parroquia y regimiento de la familia real prusiana, Bach tocó allí y los reyes de Prusia incluyendo a Federico el Grande, fueron enterrados allí. «Para mí esta iglesia es un símbolo del mal», dice Maximiliano Dalichow a la BBC, que fue criado en Potsdam y se opone a las obras de construcción. «Es el lugar donde nació el Tercer Reich, donde llegó a existir». La puesta en escena de Goebbels fue filmada y presentada en todos los cines del país transformando al insignificante Hitler en alguien de confianza.

Alineados a favor de la construcción está gran parte de la actual élite política conservadora, desde la canciller democristiana Angela Merkel hacia abajo: «Para mí este es un lugar muy importante para el trabajo de paz y la reconciliación», comenta el ex obispo de Berlin-Brandeburgo y presidente de la comisión encargada de la reconstrucción, Wolfgang Huber. Según el eclesiástico, el interior de la edificación servirá como un espacio a la memoria, haciendo exposiciones del pasado de Alemania. Para Huber, «dejar el lugar vacío significaría darle una victoria a Goebbels».