Grupos pro vida tildan de «falacia» la lista de malformaciones del feto por las que será legal abortar

Entre las modificaciones que prepara el Gobierno al anteproyecto de ley de protección de la vida del concebido y derechos de la mujer –que será aprobado en Consejo de Ministros probablemente este mes de julio– se contempla incluir como mínimo una treintena de malformaciones incompatibles con la vida y enfermedades graves como causa legal para abortar, aunque no se prevé que sea un supuesto propio, como establecía la ley de 1985.

La fórmula elegida por el equipo de Gallardón para justificar el aborto por malformación es similar a la que propuso Federico Montalvo, miembro del Comité de Bioética en el informe que hizo esta institución. «Es cierto que en la práctica se permite interrumpir la gestación por anomalía fetal, pero al no crearse el supuesto por malformación no se crea un conflicto. No se da el mensaje de que una persona con discapacidad no tiene derecho a vivir», explicó.

La asociación de Ginecólogos por el Derecho a Vivir, considera que la lista de anomalías elaborada por la Sego (Sociedad Española de Ginecología) y a la que se remitirá el Gobierno es «una falacia». «En esa clasificación figuran, por ejemplo, la esclerosis tuberosa, una enfermedad con la que viven 1,5 millones de personas en el mundo», explicó a ABC, su portavoz, el ginecólogo Esteban Rodríguez, quien recordó que «por muy grave que sea la enfermedad que padece el niño dentro del vientre materno no es función del médico ni del Estado eliminarlo».

«Hacer listas de enfermedades o afecciones que hagan el aborto legal es un paso atrás frente al anteproyecto presentado en diciembre. El propio ministro de Justicia aseguró entonces que ‘no hay embriones de primera y de segunda’», afirmó la pediatra Gádor Joya, portavoz de Derecho a Vivir.

En todo caso, el término «incompatible con la vida no es científicamente admisible además de profundamente ambiguo». «Las enfermedades o limitan en algún grado la existencia o son letales, sencillamente. En el primer caso, el médico debe aplicar su conocimiento para procurar la curación o paliar de la mejor manera sus efectos, nunca acabar con la vida de un paciente como es el embrión», indicó. La pediatra además advirtió de que si la norma «se aprueba con estas listas, no bajarán significativamente las cifras de aborto porque quedará casi como antes de la ley Aído».

A la espera de que el Gobierno presente el texto definitivo del anteproyecto, el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, explicó que espera que finalmente la nueva norma «acote al máximo los supuestos y eviteinterpretaciones difusas para que los abortos sean lo más cercano a cero».