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DISTROFIAS DE LA RETINA

Logran restaurar la visión en ratones ciegos mediante el uso de células madre

El trasplante de retina derivada de células madre pluripotentes inducidas (iPS) restaura la capacidad visual en ratones con distrofias de la retina en fases ‘terminales’

Integración de los nuevos fotorrecptores en la retina del ratón huésped RIKEN INSTITUTE

R. I.

Las distrofias de la retina son un conjunto de enfermedades caracterizadas por la degeneración y ulterior muerte de las neuronas fotorreceptoras de la retina –los consabidos ‘conos’ y ‘bastones’–, lo que provoca una grave disminución de la capacidad visual y, en último término, puede conducir a la ceguera. Unas enfermedades en su gran mayoría hereditarias y para las que, aún a día de hoy, no existe cura. Y es que ni los trasplantes de retina ni de fotorreceptores de donantes sanos han logrado que los pacientes recuperen la visión. De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Riken en Saitama (Japón), en el que se muestra que el uso de tejido de la retina derivado de células madre pluripotentes inducidas (iPS) es eficaz a la hora restaurar la capacidad visual en modelos animales –ratones– con distrofias de la retina en fases avanzadas o ‘terminales’ –esto es, cuando la capa plexiforme externa, en la que las células fotorreceptoras conectan con el nervio óptico, ya ha desaparecido.

Como explica Michiko Mandai, co-autora de esta investigación publicada en la revista « Stem Cells Reports », « el trasplante de tejido de la retina en lugar de utilizar únicamente células fotorreceptoras permite el desarrollo de una morfología más organizada y madura de la retina , lo que conlleva una mejor respuesta a la luz».

Visión recuperada

Las iPS son un tipo de células madre que, obtenidas a partir de la reprogramación a un estado embrionario de cualquier célula –por ejemplo, de la piel–, tienen la capacidad de diferenciarse en cualquier célula del organismo –en este caso, de la retina–. Así, y en un primer lugar, los autores ‘fabricaron’ las capas tridimensionales de la retina a partir de iPS de ratones y las trasplantaron en los animales.

Pero, ¿cómo saber si el trasplante ha tenido éxito? No en vano, los trasplantes de células fotorreceptoras de donantes, si bien pueden restaurar parcialmente la función de la retina, no logran integrarse correctamente en el ojo del receptor. En consecuencia, estos injertos no establecen las necesarias conexiones sinápticas para enviar las señales visuales desde la retina al cerebro.

Nuestros resultados son una ‘prueba de concepto’ para el uso de tejido de la retina derivado de iPS para tratar las distrofias de la retina

Michiko Mandai

Con objeto de evaluar la eficacia del nuevo procedimiento, los autores, dirigidos por Masayo Takahashi, unieron una proteína fluorescente al extremo terminal de las células fotorreceptoras, es decir, al extremo en que estas neuronas se conectan a las células bipolares que, a su vez, contactan con las células horizontales que conforman el nervio óptico. Y lo que vieron con esta técnica de fluorescencia es que, efectivamente, las nuevas células fotorreceptoras se conectaban con las células bipolares, asegurando así la comunicación entre la retina y el cerebro.

Finalmente, los investigadores evaluaron si el procedimiento resultaba eficaz para restaurar, cuando menos de forma parcial, la visión de los ratones. Y para ello, utilizaron estímulos luminosos y observaron si los animales respondían de una forma esperable a cómo harían aquellos con una visión normal. Lógicamente, los ratones que no habían recibido el trasplante fueron indolentes a estos estímulos. Por el contrario, aquellos intervenidos reaccionaron de forma predecible ante las señales luminosas, lo que indicó no solo que las nuevas células de la retina respondían a la luz, sino que la información era transportada hasta el cerebro .

Aún habrá que esperar

En definitiva, el nuevo procedimiento abre una vía para la restauración, por fin, de la visión en las personas afectadas por las distrofias de retina.

Como explica Michiko Mandai, «nuestros resultados son una ‘prueba de concepto’ para el uso de tejido de la retina derivado de iPS para el tratamiento de las distrofias de la retina. Así, ya estamos planificando la puesta en marcha de ensayos clínicos con humanos, para lo cual debemos realizar más estudios empleando tejido de la retina derivado de iPS humanas en modelos animales. Y es que los ensayos clínicos son la única forma de determinar cuántas nuevas conexiones se necesitan para que una persona sea capaz de ‘ver’ de nuevo».

En consecuencia, aún habrá que esperar. Además, y dado que el procedimiento se encuentra aún en una fase muy inicial de desarrollo, los autores solicitan cautela. Como concluye la investigadora, «todavía no podemos esperar que seamos capaces de restaurar la visión. Empezaremos con la posibilidad de ver una simple luz, para luego continuar y procurar la visión de figuras de gran tamaño en una fase ulterior ».

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