Blanca Díez, la alumna con la nota más alta de la Selectividad en Madrid

Blanca se dispone a estudiar Medicina. Duda entre la Autónoma y la Complutense. Lo de los restos cadavéricos del departamento de Anatomía en la Complutense «me ha defraudado un poco», comenta mientras se lo piensa para cuando llegue la hora de la matrícula. «Medicina siempre ha sido mi meta. No hay ningún antecedente en casa. Pero a mí siempre me ha gustado la gente, estudiar el cuerpo humano y ayudar a aliviar los males y mantener la salud».

Esta madrileña, que no ha conocido otro colegio que el Agustiniano, en el barrio de la Estrella (distrito de Retiro), ya sabía que había sacado una nota muy alta en la Prueba de Acceso a la Universidad de este 2014. «Por eso, ayer, estaba tan tranquila. Podía elegir Medicina y Universidad. Pero ha sido esta mañana cuando el director del colegio, el padre Manolo, me ha llamado para darme la sorpresa: era la nota más alta de la Selectividad».

Un secreto que no se podía descubrir hasta hoy. Por eso, su padre, José Javier Díez, ingeniero de Caminos, y su madre, Agustina Sánchez, farmacéutica, se han ido tan tranquilos a trabajar esta mañana sin saber que a su hija mayor le esperaba una jornada de cámaras y de entrevistas en el «cole», rodeada de profesores y de compañeros.

Decir que Blanca se merece esta calificación resulta de perogrullo. Ha sacado «dieces» en todo el Bachillerato. Por lo visto, su curriculum académico no se apea de ahí.

Muy aficionada a la natación, este verano, Blanca lo dedicará a su otra pasión: ayudar a los demás. La joven forma parte de un grupo, «Solidaridad», que funciona dentro del colegio. Lo hace desde la ESO. Ha estado en varios páises de Hispanoamérica arrimando el hombro. Guarda muy buenos recuerdos de República Dominicana «por la experiencia que representa ayudar, sobre todo a los niños». Y lo de arrimar el hombro no es figurado: Blanca ha ayudado a construir casas.

Este verano no cruzará el Altántico. Se queda aquí con su «Solidaridad». Seguro que la veremos por zonas marginales de Madrid ofreciendo su ayuda. Tiene la vista, y el corazón, puestos en el distrito de San Blas. «Ahí hemos visto viviendas infrahumanas. También necesitan alimentos», señala.

Asegura no tener un truco para sus éxitos académicos. «Todo es cuestión de organización», asegura tan pancha. «Mi hermana Maite sí que es lista; una crack. Está en cuarto de ESO y quiere ser astronáuta. Ya te digo yo que lo consigue».

Manuel Beaumont, al que todos llaman el padre Manolo, es el director del Colegio Agustiniano, en la calle Pez Austral. A este religioso no le ha cogido por sorpresa que Blanca sea la mejor nota de esta Selectividad. «Es una criatura extraordinaria. Desde pequeñita. Algunos profesores se quejaban de no poder calificarla con un once», comenta.

El padre Manolo recuerda que el Agustiniano es un centro acostumbrado a las buenas notas. «Esta es la primera vez que nos llevamos la número uno pero en el 2008 nuestro alumno Antonio Beltrán quedó el segundo; en 2007, Rafael Montejano quedó el tercero. Hemos ido a más. Eso está bien», asegura el director.