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OPINIÓN

«Du gamla, Du fria»

Así empieza el primer verso del Himno sueco, cuya letra aprendí a principios de los noventa cuando vivía en Suecia como estudiante

Muestra de condolencia por el atentado en Estocolmo EFE

Juanjo Braulio

Du gamla, Du fria: «Tu antigua, tu libre». Así empieza el primer verso del Himno sueco, cuya letra aprendí a principios de los noventa cuando vivía en Suecia como estudiante. En contra de lo que ocurre con otras canciones nacionales, el himno no goza de ... ningún carácter oficial ni hay ley alguna que fije su utilización y en qué condiciones sino que, simplemente, ha sido aceptado por todos conforme al uso tradicional; sin imposiciones ni normas. En contraste con las estúpidas trifulcas que los españoles mantenemos por los símbolos que nos representan, los suecos exhiben los suyos con el lógico orgullo que otorga el que son de todos porque todos tienen claro que son más cosas las que les unen que las que les separan. Y, además, estos consensos básicos son construidos con la mejor argamasa: la tolerancia nacida de la doctrina del Saltsjöbadsavtal o Pacto de la Isla de Saltsjöbad que, en 1939, sentó las bases de la prosperidad sueca. En principipo, se trataba de un pacto para regular las relaciones laborales entre gobierno, sindicatos y empresarios pero cuyo espíritu ha impregnado el resto de la vida pública escandinava. A grandes rasgos, consiste en que siempre hay que conseguir un acuerdo satisfactorio y no hay acuerdos posibles si no hay voluntad de ello. Y tal voluntad será una pura entelequia si no hay tolerancia y capacidad para colocarse en el lugar del otro y buscar puntos de encuentro en vez de motivos para la pelea. Parece simple. O al menos, los suecos hacen que así lo parezca.

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