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La milicia de Al Shabab amenaza con derribar aviones en Somalia

La advertencia se dirige a los aparatos que transportan suministros a la misión de la Unión Africana

La milicia de Al Shabab amenaza con derribar aviones en Somalia afp

EDUARDO S. MOLANO

Durante años, el gigante de hierro Ilyushin Il-76 personificó la metáfora del conflicto de Somalia. Entre 2007 y 2012, el armazón de este aeroplano bierroruso permaneció inmóvil en los laterales de la única pista de aterrizaje de la que disfruta el aeródromo de la capital, Mogadiscio. Accidentado (según la versión oficial) o derribado por un misil (la hipótesis más creíble acusa al grupo radical Hizbul Islam), nadie tenía entonces el dinero para garantizar su retirada. No obstante, hace apenas un par de años, la mayor parte de sus piezas fueron transferidas al interior de la ciudad.

Ahora, sin embargo, el yihadismo regional busca dotar de gemelos al Ilyushin Il-76.

Quizá contagiada por los últimos acontecimientos aéreos en Ucrania, la milicia islamista de Al Shabab ha amenazado con derribar cualquier aeroplano que transporte suministros a la misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom).

En un discurso realizado durante la celebración del fin del ramadán en la ciudad de Barawe, al sur del país, el portavoz del grupo radical, Sheikh Ali Dere, aseguró que esta medida busca golpear la red de suministros del operativo. De igual modo, confirmó el derribo reciente de un aeroplano en la localidad de Galgadud.

No obstante, el interés del yihadismo africano por la aeronáutica no resulta nuevo. En noviembre de 2002, simpatizantes de Al Qaida lanzaron dos misiles SA-7 contra un avión comercial de la compañía israelí Arkia que se encontraba en esos momentos despegando del aeropuerto de Mombasa, en Kenia. El ataque erró el objetivo por apenas unos metros.

Armas de Libia

Sin embargo, es ahora cuando el interés parece mayor. Desde que, en 2012, un informe de Naciones Unidas denunció cómo el conflicto de Libia habría servido de para alimentar a los grupos armados que operan en la región africana del Sahara y el Sahel, caso de los islamistas nigerianos de Boko Haram, las especulaciones sobre la capacidad real de estos grupos son constantes.

«A pesar de los esfuerzos (de las democracias regionales) para controlar sus fronteras, grandes cantidades de armas y municiones de los arsenales libios fueron introducidos de contrabando en la región desértica», denuncia el informe realizado por un panel de control de la propia ONU. En el texto se detallaba todo tipo de material de guerra, de granadas a misiles antiaéreos. «Las armas fueron desviadas por ex combatientes libios, tanto regulares del Ejército como mercenarios que combatieron en nombre de Muammar Gadafi», añadía.

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