Bruselas y Berlín ignoran el discurso de François Hollande
«Las ideas del presidente Hollande son bienvenidas, aunque, por supuesto nosotros tenemos también nuestras propias ideas», dijo el portavoz de la Comisión Europea
ENRIQUE SERBETO
La robusta intervención de François Hollande el jueves no ha suscitado una reacción entusiasta ni en Bruselas ni en Berlín. Se constata que el eje franco-alemán no pasa por su mejor momento, y que Hollande deberá dar pruebas mucho más ... solventes para ser tomado en serio. En público, tanto los portavoces de la Comisión como de la canciller alemana han acogido con complacencia la idea de instaurar un gobierno económico para la zona euro , pero tanto en Bruselas como en Berlín se recuerda que son ideas que hace tiempo que ya defendía su predecesor, Nicolás Sarkozy, y que no han salido del archivo de los buenos deseos.
«Vemos que Francia y la Comisión comparten una ambición común de una Europa más integrada desde el punto de vista político y económico» dijo ayer en portavoz de la Comisión Oliver Bailli . «Las ideas del presidente Hollande son bienvenidas, aunque, por supuesto nosotros tenemos también nuestras propias ideas». El portavoz de Angela Merkel dijo por su parte que las propuestas de Francia «son interesantes y valiosas» pero se trata de «algo en lo que Alemania lleva tiempo trabajando junto con Francia», que es lo mismo que decir que hasta ahora no se ha concretado en nada .
Control económico
En Bruselas se considera que en la discusión sobre la integración económica, Alemania mantiene una posición invariable y que consiste en que no cederá ningún poder de control económico si no hay una institución seria que responda de ello y lo acepte su Parlamento, mientras que Francia se ha parapetado hasta ahora en estas objeciones alemanas para ocultar su alergia absoluta ante la posibilidad de ceder soberanía. «Lo que ha dicho Hollande ya se lo escuchamos a Sarkozy muchas veces», comentaba no sin sarcasmo ayer un responsable de la Comisión recordando las reiteradas propuestas de un gobierno económico europeo y de emisión de deuda conjunta ( eurobonos ) que ya puso sobre la mesa el anterior presidente conservador.
Tampoco la idea de nombrar a un ministro de economía de la zona euro es nueva. Para Alemania, la idea de un presupuesto común de la zona euro plantea problemas jurídicos, porque la Constitución ( y el Tribunal Constitucional) no le permiten ignorar el dictamen del Bundestag. Y es probablemente la falta de certeza en el campo de la integración económica lo que hace que aún aparezcan reservas por parte de Alemania en la negociación de la Unión Bancaria, que sería el primer paso de una integración económica.
Iniciativa «novedosa»
Sin embargo, Hollande presentó las cosas como si se tratase de una iniciativa novedosa, destinada a salvar a Europa y no a sí mismo, ahora que se encuentra en la cota de popularidad más baja de la historia de la V República . «Es mi responsabilidad como presidente de uno de los países fundadores sacar a Europa del bloqueo en el que se encuentra», porque «si Europa no sale del estado en que se encuentra puede ser el final del proyecto». En medios diplomáticos de Bruselas se comentaba ayer que ni Francia es el único país fundador, ni Hollande puede ejercer ahora como dinamizador del proyecto europeo, porque la noticia es que el país ha entrado en recesión, lo que aumenta su distancia con los resultados de Alemania.
La situación no desccribe nada nuevo, porque ya se sabía que el eje franco-alemán ha dejado de funcionar y no solamente por las discrepancias sobre la política de austeridad, sino porque ha desaparecido la afinidad ideológica y personal. Aunque Francia y Alemania siguen compartiendo el grueso de sus intereses, Angela Merkel y Francois Hollande no se llevan bien
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