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«Si no cometemos errores volveremos a crecer al 3% en dos años»

Evita hablar de crisis, aunque dice ser consciente de las dificultades por las que atraviesa la economía española y de los problemas de muchas familias. Pedro Solbes, que vuelve a ser el ministro más

PEDRO SOLBES. FOTO: DANIEL G. LÓPEZ

Evita hablar de crisis, aunque dice ser consciente de las dificultades por las que atraviesa la economía española y de los problemas de muchas familias. Pedro Solbes, que vuelve a ser el ministro más veterano del Gobierno, se muestra orgulloso de «haber sido hormiguita» en la legislatura pasada para lograr un superávit con el que ahora afrontar algunos gastos extra. Espera que «el bache» se pase pronto, a mediados del año que viene, eso sí, si no se cometen errores y advierte que todos somos más pobres por la subida del petróleo y que debemos apretarnos el cinturón. También, comunidades y ayuntamientos, que no se hagan ilusiones con la reforma del sistema de financiación. El vicepresidente, que ha cumplido ya los 65 años, dice que tiene por costumbre cumplir sus compromisos, también el de agotar la legislatura.

-La inflación se acerca al 5%, aumenta el paro, el consumo se frena, la construcción se desploma, las hipotecas se encarecen, los transportistas toman las carreteras. Señor Solbes ¿todavía no estamos en crisis?

-Si por crisis entendemos recesión económica, no. Estamos en situación de desaceleración del crecimiento muy rápida, con un ajuste importante. Somos conscientes de que esos datos que usted ha dado son ciertos y algunos más también. Creo que el Gobierno ha tomado medidas para estimular la economía a corto plazo y sigue trabajando para plantearse qué hacer a medio y largo plazo, que es lo importante. La situación en la que nos encontramos actualmente debemos remontarla, si hacemos las cosas bien, a mitad del próximo año, y a partir de ese momento, si no nos hemos equivocado con nuestras medidas, volveremos a retomar crecimientos por encima del 3%.

-Dentro del PSOE han surgido ya voces críticas alertando de que ese empecinamiento por no usar determinadas palabras, como crisis, puede llevar a la gente a pensar que el Gobierno no tiene los pies en el suelo

-Cualquiera que haya oído mis comentarios sobre la situación de España no tiene la menor duda de que somos plenamente conscientes de las dificultades que se plantean. Otra cosa es que estamos convencidos de que si no cometemos errores este país debe volver a crecimientos del 3% en un plazo de dos años.

-La economía española creció sólo tres décimas en el primer trimestre. El paro del transporte puede haber supuesto la puntilla. ¿Nos hemos estancado en este segundo trimestre?

-Un trimestre son noventa días. Aún así no me atrevería a decir cuál es el impacto final del paro. Lógicamente, será negativo.

-Pero con los datos que ya tienen de este segundo trimestre, ¿estamos en estancamiento o incluso en crecimiento negativo?

-Todavía no tenemos datos suficientes para saberlo.

-¿Cree que se ha gestionado bien el paro de los transportistas? ¿No se debía haber actuado con más contundencia desde el principio?

-Creo que el tema se manejó con criterios de prudencia. Se intentó agotar la vía del diálogo para tratar de llegar a un acuerdo. Cuando se vio que el acuerdo era posible con una amplísima mayoría pero que había una minoría que no estaba dispuesta a aceptarlo y además hacía peticiones que no eran negociables, fue cuando se actuó. Creo que el asunto se ha llevado con sensatez y que los resultados para una huelga como esta no son malos.

-¿Hay margen para seguir negociando?

-No, no hay margen. La negociación se ha terminado, que no quepa la menor duda.

-¿Mantiene el Gobierno sus previsiones de que España crecerá un 2,3% este año y el próximo? ¿No se alejan mucho de las estimaciones de la gran mayoría de analistas?

-Nosotros no hacemos previsiones cada semana, o cada quince días, como pueden hacer operadores privados. Tenemos que fijar una fecha de corte. A partir de ahí podemos hablar de tendencias al alza o la baja. Creo que este año el crecimiento se situará en torno al 2%, quizás algo por debajo del 2,3%.

-¿Y la inflación? ¿Llegaremos al 5% este verano?

-No hay que olvidar que el impacto en la inflación de los precios del petróleo ha sido absolutamente espectacular. En mayo, de los 0,42 puntos que subió la tasa anual, 0,31 se explican por el petróleo. Es muy difícil luchar contra ese fenómeno. Nuestra preocupación fundamental y la de toda Europa es que se produzcan efectos de segunda ronda, que se quiera trasladar a salarios y márgenes empresariales esta subida de precios y no acepten que se está produciendo una transferencia de rentas a los países productores de petróleo y, por tanto, que todos somos más pobres. Si se producen esos efectos entraríamos en una dinámica más preocupante con problemas a medio y largo plazo.

-Con este nivel de precios, ¿cuál cree que sería una subida adecuada para el recibo de la luz este mes de julio? Primero se habló del 20%, luego del 11%, después del 5%...

-En términos de pura teoría económica deberíamos decir que el precio de la luz debería reflejar el coste de su producción. Todos sabemos, sin embargo, que eso no es realista en este momento y que hay que buscar una solución intermedia y en eso estamos trabajando. Buscamos un criterio que tome en consideración la evolución de la inflación como un elemento a tener en cuenta. Cuánto va a subir no lo sé, lo decidiremos en Consejo de Ministros.

Subida de tipos

-¿Y qué pasa con los tipos de interés? Rodríguez Zapatero pronosticó que habían tocado techo e incluso auguró bajadas y ahora el BCE advierte de subidas. ¿Cómo cree que soportarán esto las endeudadas familias españolas?

-Hace un año el petróleo costaba 65 dólares, hoy 135. Si nos cuesta el doble y compramos la misma cantidad, a los españoles nos queda menos dinero para hacer otras cosas y eso lo tenemos que aceptar. Y ahí yo creo que todos los ciudadanos debemos ser solidarios y apretarnos el cinturón para hacer frente a la nueva realidad. Pero es cierto que hay gente con problemas, y ahí es donde estamos intentando trabajar más: con los 400 euros del IRPF, permitiendo alargar los plazos de las hipotecas sin coste, fomentando la vivienda de protección oficial, incrementando el salario y las pensiones mínimas, porque es verdad que los pensionistas son los que sufren más el aumento de la inflación. Intentamos echar una mano sabiendo que no vamos a llegar a todos los afectados.

-Hasta hace poco se decía que mientras el empleo funcionara, las familias podían aguantar las subidas de las hipotecas y de los precios. Pero ahora aumenta el paro e incluso se destruye empleo

-Es cierto. El problema del paro es el más grave de todos. Sería estúpido no reconocer esa realidad. Lo importante en una situación como la actual es tener un sistema de protección social que funcione, y en España lo tenemos. Este año el incremento del pago por desempleo va a ser significativo, pero hemos ahorrado en estos años anteriores para hacer frente ahora a los mayores gastos.

-¿Se va a continuar destruyendo empleo?

- Si el crecimiento de la economía baja, pensar que el empleo va a aumentar no es realista. Hemos tomado algunas medidas para recolocar a los trabajadores de la construcción, pero es verdad que nunca logras encajar al 100%. Lo óptimo sería que pasemos el bache, que nos apoyemos en el sistema de protección social y que cuando volvamos a recuperar ritmos de crecimientos del 3%, volvamos a recolocar a estas personas.

Las recetas

-Y ante esta situación ¿qué va a hacer el Gobierno? Usted ya advirtió que con los 400 euros se había acabado el margen de maniobra, pero el presidente ha anunciado que el día 23 pondrá encima de la mesa nuevas medidas

-Lo que tenemos que hacer ahora son dos cosas, por un lado tomar medidas a corto plazo sin cometer errores como se cometieron en la crisis del 73, pero al mismo tiempo no olvidar cuáles son nuestros objetivos fundamentales: cambiar el modelo productivo de este país, y por tanto, seguir insistiendo en mejorar la productividad de España en el largo plazo, y para ello actuaremos vía presupuesto y a través de reformas estructurales. Ya hemos puesto en marcha un plan de estímulo de la economía, con importantes efectos para este año y el próximo. Pero si hay nuevos problemas y hay que hacer frente a nuevas dificultades, lo haremos.

-Y las cuentas públicas, ¿cómo están soportando esta situación? Usted dice que han ahorrado como hormiguitas, pero uno tiene la sensación de que las arcas públicas se están vaciando de golpe

-Sí y no. Recibimos una economía en buenas condiciones, y nosotros llegamos a tener un superávit del 2,2% del PIB y a reducir doce puntos la deuda. Ahora estamos en una situación de menor crecimiento que va a suponer que la parte de superávit del Estado posiblemente se quede en torno al equilibrio, la de la Seguridad Social estará en superávit y la de las comunidades autónomas...

-¿...en déficit?

-La información que estamos teniendo nosotros es que tienen dificultades de recaudación de ingresos, como también las tenemos nosotros. Pero para el conjunto de las Administraciones yo espero un cierto superávit este año.

-Su departamento tiene otro frente abierto, la financiación autonómica. No cree que el momento actual es probablemente el menos adecuado para abordar la reforma. ¿No se podría aplazar?

-Sé que hay quien dice que en un momento de dificultad es más difícil llegar a un acuerdo. Creo que no debería preocuparnos excesivamente cuál es la posición del ciclo económico, lo que debemos hacer es un buen acuerdo que tenga sentido para las comunidades autónomas, administraciones locales y el Estado. Pero no olvidemos también que en una situación como la actual, si hay que apretarse el cinturón lo tendremos que hacer todos: el Estado, las comunidades autónomas y las corporaciones locales.

Negociación autonómica

-¿Cómo está la negociación autonómica?

-Estamos en la primera fase de contactos bilaterales, que podían permitir elaborar un primer proyecto de principios generales antes del verano.

-¿Y podría entrar en vigor el año que viene?

-Mi idea es que entre en vigor el año que viene.

-¿En qué medida el Estatuto catalán marcará la nueva financiación?

-No sólo el Estatuto catalán habla de financiación, otros estatutos también. Todo acuerdo sobre financiación autonómica siempre es muy complicado. Mi opinión personal es que hay elementos suficientes para alcanzar un acuerdo con buena voluntad por parte de todos.

-¿Y con mucho dinero del Estado encima de la mesa?

-El Estado pondrá el dinero que pueda poner en ese momento. En una situación difícil, todos tenemos que apretarnos el cinturón.

-¿Tiene el vicepresidente económico alguna operación empresarial encima de la mesa?

- No. En temas empresariales me gusta entrar poco, por no decir nada. Son asuntos en los que hay que dejar actuar al mercado.

Relación con Sebastián

-¿Cómo van sus relaciones con Miguel Sebastián? ¿Son mejores que cuando estaba en la Oficina Económica?

-Nuestras relaciones personales siempre han sido buenas, lo que no quiere decir que estemos de acuerdo en todo. Tenemos discrepancias sobre algunos puntos y yo diría que ahora, por necesidades obvias del trabajo de unos y otros, tenemos que discutir los temas más desde el principio, y los debates son más técnicos. Nuestras relaciones van bien.

-La pasada legislatura usted siempre aseguraba que tenía un compromiso con José Luis Rodríguez Zapatero de estar hasta el final ¿Aguantará también los cuatro años en esta legislatura que acaba de comenzar?

-Siempre he dicho que cuando tomo una responsabilidad intento cumplir mis compromisos hasta el final.

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