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Todos se despidieron de Cayetana

Se cumple así una de las voluntades de la duquesa de Alba, que quería decir adiós a todos sus seres queridos antes de morir

Todos se despidieron de Cayetana juan flores

beatriz cortázar

Tal y como siempre deseó, todos los seres queridos de la duquesa de Alba pudieron despedirse antes de que les dejara. Hasta sus nietos Luis y Amina, que este año estudian en Inglaterra, llegaron a Sevilla para dar su ultimo adiós a una abuela que siempre tuvo pasión por ellos. Y es que Cayetana se ha ido poco a poco , con tiempo suficiente para que la familia se reuniera y hasta organizaran los preparativos que corresponden a una mujer de esta categoría.

Por eso desde que la noche del pasado domingo saltó la alerta cuando decidieron ingresarla por urgencias en el hospital Sagrado Corazón a causa de la neumonía y las arritmias que estaba padeciendo, los teléfonos en Dueñas no pararon de sonar . Esta vez los médicos no se mostraban tranquilizadores como en anteriores ocasiones. Esta vez la duquesa estaba muy frágil, sumamente delgada y aquejada de muchas dolencias que sólo podían presentar más complicaciones. De ahí que Alfonso Diez, siempre fiel y siempre a su lado, hablara con el duque de Huéscar y con Cayetano. Ellos fueron los primeros en aterrizar en Sevilla y reunirse con su anciana madre en la UCI. Después ya fue un goteo de hermanos, nietos y hasta ex nueras. Eugenia y Fernando, que ese semana habían estado en París, cogían el Ave. La duquesa de Montoro estuvo junto a su madre y con Alfonso , a quien ha cogido mucho cariño.

Al día siguiente llegaban Alfonso, duque de Aliaga, y Jacobo con su mujer Inka Martí. Todos ocupaban los salones de Dueñas. Llegaron los nietos. Maria Eugenia Fernandez de Castro entraba con su hijo Jacobo y su nuera Asela. Genoveva Casanova muy afectada se reunía con Cayetano mientras sus hijos viajaban desde Londres. Tana, la hija de Eugenia, también lloraba en Dueñas por el final de su abuela. Mientras en el dormitorio la duquesa luchaba ya sin fuerzas por seguir entre los suyos, fuera era un ir y venir de amigos que acudían a la llamada de Alfonso Diez o de los hijos para poder dar el ultimo beso . Lo hizo Curro Romero con su mujer Carmen Tello quien luego me aseguraba que la duquesa se ha ido sin sufrir. «Estaba muy tranquila, respiraba normal», decía entre lágrimas. ¡Como se han querido! Han sido uña y carne, como hermanas. «Nos hemos apoyado las dos mucho en momentos complicados. Cayetana me enseñó mucho y me dio consejos muy importantes cuando la necesitaba. Nunca la olvidaré», confesaba la esposa de Curro Romero. También Antonio Burgos y su mujer Isabel pudieron despedirse de la misma manera que lo hicieron las hermanas Cobo o el doctor Trujillo. Aunque no querían muchas visitas en el interior de palacio, los íntimos de Cayetana, con los que tanto ha disfrutado en su Sevilla del alma, tuvieron su tiempo y espacio.

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