La nueva Duquesa de Suárez era el «ojito derecho de su abuelo»
Alejandra Romero, hija de Mariam, hereda el título que el Rey concedió al artífice de la Transición
ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS
La nieta mayor del primer presidente de la democracia, Alejandra Romero Suárez (Madrid, 1990), es la heredera del título nobiliario que el Rey concedió a su abuelo en 1981 con carácter perpetuo para él y para sus descendientes. El ducado de Suárez habría correspondido ... a Adolfo Suárez Illana, hijo mayor del expresidente del Gobierno, si no se hubiera modificado la ley que establecía la preferencia del varón en la sucesión de títulos nobiliarios . Sin embargo, el cambio normativo aprobado el 30 de octubre de 2006, que igualaba a hombres y mujeres en esta materia, convirtió a la hija mayor de Suárez, Mariam, en la heredera del título y, como ésta había fallecido dos años antes, el ducado debía pasar a su primogénita, Alejandra.
Noticias relacionadas
En 2009, Adolfo Suárez Illana solicitó por escrito al Rey que interviniera a su favor para que pudiera heredar el título, en lugar de su sobrina Alejandra, e incluso invocó las Leyes de Toro de 1505, derogadas por la legislación posterior. Desde el Palacio de La Zarzuela se le trasladó la imposibilidad de incumplir una ley.
Orgullosa
Superado ya este episodio, Alejandra se siente orgullosa de poder llevar el título que Don Juan Carlos concedió a su abuelo y que también habría utilizado su madre si el cáncer no le hubiese arrebatado la vida a los 42 años. A Mariam Suárez se le diagnosticó un tumor cuando estaba embarazada de su segundo hijo, Fernando, y decidió posponer el tratamiento hasta el final de la gestación, lo que suponía poner en riesgo su propia vida para salvar la de su bebé. En 1993, los médicos de Houston le dieron 18 días de vida; los de Navarra, tres meses. Pero vivió once años más. «Tengo ganas de luchar porque tengo 18.000 motivos para vivir: mis padres, mis hijos, mi marido, una familia estupenda», decía. Mientras su madre luchaba contra el cáncer, Alejandra jugaba a las enfermeras y sometía a sus muñecas a «resonancias magnéquicas».
Suárez afrontaba el elevado coste de los tratamientos médicos de Mariam, que unidos a otros gastos familiares, le impidieron hacer frente a la hipoteca de su casa de Ávila. El expresidente se negó rotundamente a renegociar la deuda y rechazó cualquier trato de privilegio, por lo que Banesto se quedó con el inmueble.
Discreta y trabajadora
En esos principios morales creció Alejandra, que «era el ojito derecho de Suárez», cuentan a ABC fuentes próximas a la familia. «Al presidente se le caía la baba con ella, su primera nieta, y también con su hermano Fernando». Estudiosa, responsable, discreta y muy trabajadora, se licenció en Derecho y Empresariales por Icade. Habla inglés y francés y, a sus 24 años, trabaja como abogado en un reconocido bufete internacional que tiene sus oficinas en el paseo de la Castellana de Madrid. Aunque es una gran admiradora de la obra de su abuelo y, de hecho, es miembro de la Asociación para la Defensa de la Transición, Alejandra nunca ha tenido vocación política. Siempre se decantó por la abogacía.
La nueva Duquesa de Suárez era el «ojito derecho de su abuelo»
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete