La duquesa de Alba quiere montar un gallinero en el palacio de Dueñas

Otra cosa es lo que está pasando fuera de los muros de palacio, en las dependencias colindantes, donde madura el limonero o incluso donde hay un cementerio de los perros que han formado parte de la vida de Cayetana. Amante de los animales y defensora de algunas especies en extinción, la duquesa por tener hasta dispone de una habitación especial para las tortugas que con tanto mimo cuida. Uno de sus sueños era tener su propio gallinero y en eso anda su marido Alfonso Diez, que lleva unos meses volcado en esa construcción que hoy ya es una realidad y que ahora quiere poblar con especies de distintas partes del mundo. En esa tarea le puede asesorar el duque de Terranova, otro entendido en gallinas exóticas, y hasta quién sabe si ahora que el matrimonio está de viaje en Tailandia allí puedan interesarse por algún ejemplar con el que inaugurar este gallinero que no deja de ser otra genialidad de la duquesa.

Muy preocupada por la sentencia judicial que dirá si su nieta Cayetana sigue viviendo con su madre o por contra se va a Sevilla con Francisco Rivera, a Cayetana le han convencido para que se vaya de viaje y culmine ese deseo de recorrer el mundo al lado de su marido. Aunque algunos de sus hijos no veían con buenos ojos que se fuera tan lejos, al final ha vuelto a salirse con la suya y vivir su vida al margen de convencionalismos.