Los investigadores señalan a entre 3 y 6 sospechosos en la desaparición de Diana Quer

Fuentes próximas al caso también confirmaron a ABC que existe una lista de personas de las que sospechan que podrían tener datos de lo que ocurrió esa noche que no han sido revelados. En este sentido, las mismas fuentes apuntan a entre tres y seis hombres vinculados con el entorno de Boiro , relacionados con el mundo del trapicheo y que podrían guardar conexiones con el enigmático caso, aunque por el momento no se contemplan pasos en este sentido. Conscientes de que Taragoña marca el kilómetro cero de las pesquisas —el móvil de la joven madrileña fue localizado ahí— los agentes de la unidad mixta también valoran la posibilidad de que la persona o personas que están detrás de la desaparición de Diana no sean profesionales. Lo creen así por cómo se deshicieron de su teléfono , lanzándolo al agua de forma apresurada en un punto donde estaba la marea baja, hasta convertirse en lodo y hacer la zona transitable.

En lo tocante al análisis del teléfono, está confirmado que el volcado de datos ya ha finalizado y que el cien por cien de la información que guardaba el iPhone 6 ha podido ser recuperada. Finalizada esta labor, los agentes deben examinar ahora todo los datos obtenidos en bruto para valorar si deben ser incorporados al caso. En este sentido, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, indicó ayer que todavía «no hay datos exactos» sobre este dispositivo. «Ese proceso está iniciado, no está acabado», aclaró Villanueva para anotar que se sigue analizando para comprobar si la información de alberga es «útil» y si se puede añadir, o no, a la investigación. Pendientes de lo que el móvil pueda aportar y del examen del cruce de señales telefónicas, los investigadores fían el avance del caso a la pista tecnológica. En suspendo quedan, por el momento, los testimonios de los pescadores que manifestaron haber visto a una chica muy parecida a Diana a las 3 de la mañana en el puerto de Taragoña en compañía de un hombre de «mala pinta» . Su relato —que ampliaron en una segunda manifestación señalando al conductor y el tipo de furgoneta a la que se subió esa joven— generó división de opiniones entre los propios agentes, que dudan al otorgarles veracidad.