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Salvador Sostres

La voltereta

No son las ideas, es el cinismo. No es Cataluña, es el poder. No es el nacionalismo, es el oportunismo más rastrero

Salvador Sostres

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Convergència no se hizo independentista por convicción sino porque Mas creyó que de este modo remontaría las encuestas adversas y se mantendría en el poder. La primera desviación se produjo en 2012, y durante los siguientes tres años, empujados hacia el abismo por ERC y ... por un progresivo derrumbe electoral en favor de los republicanos, los convergentes se fueron radicalizando y arrinconando, de modo que el partido gallo de la política catalana, capaz de pactar con todas las gallinas, se fue poco a poco convirtiendo en una gallina más, y no en una de las más atractivas, precisamente. Fue tal el despropósito, que a la gallina convergente le cortaron la cabeza –Mas– pero como hacen algunas gallinas cuando son decapitadas, continuó corriendo por inercia nerviosa, y ahora tenemos este Puigdemont agitado, que no lleva a ninguna parte, y que intenta salvar inútilmente a Convergència del naufragio.

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