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IU recupera el Socorro Rojo: comida a cambio de compromiso político

La coalición tutela la Red de Solidaridad Popular, inspirada en la vieja Internacional Comunista

IU recupera el Socorro Rojo: comida a cambio de compromiso político mikel ponce

I. Blasco/R. B.CRESPO

La coalición Izquierda Unida (IU) ha puesto sus sedes y sus bases de datos al servicio de la Red de Solidaridad Obrera (RSP), una suerte de «Cáritas laica» dirigida a tejer un entramado que, según la definición de sus propios promotores, pretende alejarse «del asistencialismo» e impulsar la «organización de la clase trabajadora y de las capas populares, víctimas de las políticas de austeridad» del Gobierno.

Constituida en enero del pasado año, la RSP se inspira de forma confesa en el viejo Socorro Rojo Internacional, creado por la Internacional Comunista en el periodo de entreguerras de la primera mitad del siglo XX con el propósito principal de consolidar un instrumento de ayuda que pretendía situarse «al margen de organizaciones confesionales» o directamente vinculadas a la Iglesia.

En la Red de Solidaridad Popular están integradas distintas entidades, entre ellas la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), diversos movimientos en la órbita del 15-M o varias asociaciones vecinales. Muchas de ellas tomaron parte en las denominadasMarchas por la Dignidad, que desembocaron en graves disturbios el pasado 22 de marzo en Madrid.

De acuerdo con sus propios estatutos, la red persigue sin tapujos el objetivo de «despertar al activismo político» de los beneficiarios de las ayudas que proporciona la organización, básicamente alimentos, pero también vestido, formación y orientación legal.

Ese «despertar político» se concreta en la participación de los usuarios de la red en manifestaciones en la calle y distintos actos de protesta –entre ellos la «recuperación» de pisos en proceso de desahucio que proliferaron hace unos meses– convocados por las asociaciones que colaboran con la RSP o forman parte de su estructura.

La coalición precisa que «el compromiso político que adquieren sus beneficiarios se limita a la participación en acciones que pueden ayudar a otros que están sufriendo situaciones de necesidad».

En este sentido, pese a lo evidente de la motivación ideológica de estas acciones, el responsable de Movimientos Sociales de IU en Valencia, Antonio Parrilla, indica que «la mayoría de los que reciben ayuda son ya militantes o simpatizan con la coalición, y en cualquier caso nadie les dice a quién deben votar por el hecho de que les echemos una mano».

La red se estructura en pequeñas terminales diseminadas por toda España. Son los llamados Grupos de Acción Comunitaria (GAC), de los que ya hay unos sesenta en todo el territorio nacional. En el de Valencia, situado en un local cedido por IU en el centro de la ciudad, han adelantado la entrega de alimentos –los viernes de cada semana– para llegar a tiempo a una manifestación convocada por la tarde, en esta ocasión contra el Gobierno valenciano, del PP, y su presidente, Alberto Fabra.

En el local son atendidas unas 120 personas. El perfil de los que acuden a recoger alimentos es muy diverso, pero el requisito que deben cumplir es común: implicación en las movilizaciones que impulsa la formación.

Sobre las mesas de la sala en la que se hacen los repartos de alimentos no faltan hojas de firmas contra los desahucios o contra el anteproyecto de ley de reforma del aborto, entre otros muchos caballos de batalla recurrentes para la coalición izquierdista.

Uno de los colectivos principales a los que se dirige el GAC de Valencia es el de personas que han perdido una vivienda por impago. De hecho, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca deriva a muchos de sus miembros a la Red; a cambio, la PAH ayuda a difundir las actividades de aquella. «Supe de la entrega de comida a través de la PAH, a la que pertenezco porque me desahuciaron, y acudo aquí todas las semanas. Lo que se nos pide es que participemos en actos de protesta», explica una de las usuarias del local, que opta por no identificarse.

«Nosotras venimos desde hace casi un mes y ahora estamos empezando a acudir a varias concentraciones que se celebran en nuestro barrio. Esto es una especie de toma y daca», explican dos jóvenes a la salida de la sede.

Los lazos entre la RSP e Izquierda Unida son tan estrechos como para que el propio coordinador de la coalición, Cayo Lara, presentara personalmente la red en Castilla-La Mancha en un acto celebrado el pasado 13 de septiembre en Puertollano.

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