«Refugiados» de ETA sin causas anunciarán mañana su regreso

Anuncian su regreso después de haber regularizado su situación en los consulados españoles de aquellos países en los que residen: Cuba, Panamá, Uruguay, Venezuela, Cabo Verde, Reino Unido, Bélgica... y, sobre todo, Francia. Los trámites los han realizado personalmente o a través de abogados. Algunos de estos individuos se han asegurado de que los delitos relacionados con ETA que en su día se les atribuían ya han prescrito. Otros, que en su día huyeron por haber mantenido algún tipo de relación con miembros de «comando» desarticulados y temer su detención, han confirmado que la Justicia no les reclama porque no se ha probado ningún delito. Se trata, por tanto, de una puesta en escena propagandística. No son ni «refugiados políticos» -la democracia española no genera esta figura-, ni tan siquiera huidos, porque en ese caso serían detenidos nada más pisar territorio español. De hecho, algunos ya han viajado al País Vasco en los dos últimos años, de vacaciones o para visitar a sus familiares, y después retornan a sus lugares de residencia porque tienen hecha su vida allí. Mañana anunciarán que su regreso obedece a la necesidad de participar en el «proceso de paz», como «agentes políticos» que son.

El acto previsto constituye, por tanto, otra estación más de la actual «hoja de ruta» trazada por ETA para meter presión al Gobierno y forzarle a una negociación. Comenzó con el comunicado difundido por el «colectivo de presos» el pasado 28 de diciembre, para anunciar que en breve solicitarían beneficios penitenciarios; continuó con el acto de Durango, en el que etarras agraciados por la liquidación de la «doctrina Parot» refrendaron el citado manifiesto, y prosiguió con la manifestación a favor de los reclusos etarras celebrada en Bilbao, con el apoyo del PNV. Después, ETA quiso dar a la estrategia nuevo impulso con la farsa de los «verificadores internacionales» y el sellado del lote de armas expuesto en Toulouse. Ahora les toca el turno a los falsos «refugiados».

No tienen causas pendientes, pero algunos sí son individuos emblemáticos para la «izquierda abertzale» en lo que ha sido la trayectoria de ETA. Y por tanto desempeñan su papel en esa pretendida estrategia de hechos consumados: Regresa unilateralmente una avanzadilla de «refugiados» y el Gobierno no va a tener más remedio que en posteriores bloques, aceptar ya la vuelta incluso de los reclamados por la Justicia, según sus planes. Con ello, además, la banda intenta hacer ver a los suyos que en el «proceso» participa toda su militancia.

Eloy Uriarte, «Señor Robles», participa de uno de los secretos mejor guardados de la banda, ya que durante muchos años fue el «contable» y «recaudador» del chantaje a empresarios. Fue además el pagador que repartía «sobres» entre Herri Batasuna, Jarrai, Gestoras pro Amnistía... Alberto Aldana Barrena, «Melenas», fue detenido en 1992 cuando se disponía a dirigir la banda tras la caída de la cúpula en Bidart. De esta lista, al menos nueve ya han regresado a España. Entre ellos Faustino Villanueva, «Txapu». Una «clásica» de ETA es Izaskun Rekalde, mujer de «Santi Potros», que durante años ha dado cobijo en el sur de Francia a los pistoleros que huían de España. Figuran también José Ramón Goñi, hijo del exgobernador civil de Guipúzcoa, José Ramón Goñi Tirapu; José Ramón Badiola Zabaleta; Sergio Yegorov Aranzeta, «El Ruso»; o Juan Carlos Yurrebaso Atutxa, entre otros.