Terroristas, asesinos y violadores: los beneficiarios de la decisión de Estrasburgo

Sin embargo, aunque los casos de los terroristas suelen ser los más mediáticos, no sólo les afecta a ellos . Nombres como el de Iñaki Erro, con ocho asesinatos perpetrados, o Domingo Troitiño, con 22, están en la lista junto a otros como los de Joaquín Villalón, un asesino que acabó con la vida de su amante y posteriormente de dos transexuales, o Pedro Luis Gallego, «el violador del ascensor». Sin la aplicación de la «doctrina Parot», todos ellos estarían ya en libertad . En algunos casos, habiendo cumplido apenas un año de condena por cada muerto a sus espaldas.

Domingo Troitiño

El hermano de Antonio Troitiño, detenido en 1987, cumple condena en España por 22 asesinatos , tres atentados con muerte, seis asesinatos frustrados, pertenencia a banda armada y terrorismo, entre otros delitos. Sin embargo, Domingo Troitiño, coautor de la matanza de Hipercor, hubiese podido salir de prisión en 2006 si no fuera por la «doctrina Parot». Es decir, habría estado en libertad habiendo cumplido menos de un año de prisión por cada asesinato. En la actualidad, su fecha de salida está fijada en el año 2017, pero ahora su sentencia será revisada.

Inmaculada Noble Goicoechea

Fue una de las integrantes del sanguinario «comando Madrid», junto a Inés del Río o al que fue su pareja, Iñaki de Juana Chaos. Entre los atentados que cometió se encuentra el de la Plaza de la República Dominicana, con 12 muertos, el de la calle Juan Bravo de Madrid, que le costó la vida a cinco agentes de la Guardia Civil, o el asesinato del militar Ricardo Sáenz de Ynestrillas y el soldado Francisco Casillas. Tras ser detenida en 1987 y condenada a más de 300 años de cárcel por el asesinato de ocho personas, su salida de prisión estaba fechada para 2008. Así, la sentencia en contra de la «doctrina Parot» no sólo irá en contra de que su salida sea en 2017 —para cuando estaba establecida—, sino que obligará a indemnizarla por daños morales

Iñaki Erro

El etarra Iñaki Erro, condenado por cuatro asesinatos, seis atentados con muerte y 22 asesinatos frustrados entre otros delitos, no llegará a cumplir ni cuatro años de prisión por cada una de las vidas segadas si se le aplica el fallo de Estrasburgo: las de cinco militares, un guardia civil, un policía y un civil. Lleva 26 años en prisión y sin la aplicación de la «doctrina Parot», podría haber salido en julio de 2010. Tres años de cárcel por víctima.

«El Señorito asesino»

A principios de los 80, «el Señorito asesino» —como se apodaría después a Joaquín Villalón—, estaba casado. Sin embargo, al saber que su amante Paquita García estaba embarazada le prometió matrimonio para después matarla por estrangulamiento, descuartizarla y meterla en cinco bolsas. Fue condenado a 17 años de cárcel. Cuando diez años después consiguió un permiso penitenciario, lo aprovechó para matar a dos transexuales. Al primero lo encontraron en el baño con una cadena en el tórax, inconsciente y envuelto en llamas. El segundo había sido ahogado en la bañera tras una paliza. Por ello fue condenado a 52 años de cárcel. Sin la aplicación del fallo de Estrasburgo, no saldría hasta el 2022.

Pablo Manuel García Ribado

Siempre utilizaba el mismo modus operandi: asaltaba a menores en los portales de su casa, las robaba y las violaba a punta de pistola o de navaja. Él y Antonio Barroso Mingo fueron conocidos como «los violadores de los portales». Por sus actos llevados a cabo entre 1990 y 1993, fue condenado a 1.721 años de cárcel: la suma de 74 violaciones, diez robos, dos delitos de lesiones y seis de agresión sexual. Ya podría estar en libertad si no se le hubiese aplicado la «doctrina Parot».

«El violador del ascensor»

Pedro Luis Gallego, «el violador del ascensor», podría estar en libertad desde 2008 si se le hubiesen aplicado los permisos penitenciarios sobre los 30 años de cumplimiento máximo de la pena. Hoy, el que aprovechara su condición de mecánico para acceder a los portales de sus víctimas, sigue cumpliendo condena por diez violaciones, tres agresiones sexuales y dos asesinatos —el de una joven de 17 años y el de otra de 23— por los que se le condenó en 1992 a 273 años de prisión.