El enésimo aviso de la Unión Europea a Mas

Hartazgo es lo que la reivindicación catalana genera ya en Bruselas . Para muestra, el ruego que hizo ayer el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, el francés Michel Barnier , de que no se pregunte por las consecuencias de la independencia de Cataluña a los responsables de la UE, pues según reiteró se trata de una cuestión interna de España. Pero Barnier no eludió el asunto y, al igual que el resto de comisarios que se han pronunciado, insistió en que « si en alguno de los 28 países de la UE una región se independiza, ya no está dentro de la UE y será necesario un nuevo tratado de adición. Es lo único que puedo decir».

Sin embargo, el Gobierno catalán se resiste a darse por aludido y el consejero de Presidencia, Francesc Homs, reiteraba que «somos Europa y continuaremos formando parte de Europa» y criticó a aquellos que «ya están en campaña» pese a que «no hay consulta convocada ni pregunta formulada» . Efectivamente, la fecha exacta del referéndum sobre la independencia de Cataluña se desconoce y el presidente Artur Mas habla ahora de «pregunta» o «preguntas», un matiz muy significativo, pues ERC, además de exigir que los catalanes sean consultados en 2014, quiere un enunciado cerrado -sí o no a la independencia-, mientras que una fórmula abierta podría allanar el terreno a un diálogo con Mariano Rajoy y satisfaría a UDC. Hasta ahora, el Ejecutivo nacionalista ha intentado hacer oídos sordos a las advertencias de la UE, pero ahora comienza a admitir que, en caso de expulsión, Cataluña podría mantener el euro.

Así lo dijo el jueves el propio Mas, mientras que Homs añade que «Cataluña aporta a la UE más dinero del que recibe» y «por eso no tiene sentido poner trabas a la lógica de la economía».

Al respecto, la portavoz comunitaria Pia Ahrenkilde avisó de que los países que utilizan el euro pero no son miembros de la UE no tienen derecho de voz ni voto en órganos de decisión como el Eurogrupo o el Banco Central Europeo (BCE). Asimismo, el portavoz económico de la UE, Simon O’Connor, explicó que Kosovo y Montenegro decidieron unilateralmente adoptar el euro como moneda y se ven obligados a adquirir la divisa a través de bancos comerciales , tal y como hacían previamente con los marcos alemanes.

«Tampoco tienen representación ni en el BCE, ni en el Eurogrupo, ni en el Mecanismo Europeo de Estabilidad ni ningún órgano específico de la zona euro», dijo O’Connor. Asimismo, Mónaco, Ciudad del Vaticano, San Marino y Andorra a sumieron el euro tras llegar a un acuerdo con la eurozona. Tienen derecho a utilizar el euro como su divisa y pueden acuñar moneda a cambio de cumplir la legislación monetaria de la zona euro.