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Huang C: cuando el hábito no hace al monje shaolín

Psicópata, fetichista, sádico... Juan Carlos Aguilar agota todos los adjetivos clásicos de la crónica negra

Huang C: cuando el hábito no hace al monje shaolín abc

s.e.

En Juan Carlos Aguilar todo era falso. El nombre que utilizaba, Huang C.; que fuera monje shaolín; que ganara campeonatos de España de Kung Fu o que pudiera sanar el cáncer. Tampoco es seguro que tenga un tumor cerebral, al que él achaca las ... atrocidades que comete. En realidad, lo único cierto de él era precisamente lo que no se conocía: que es un depredador de mujeres en situación vulnerable; un psicópata de libro que sabe distinguir entre el bien y el mal; que carece de empatía; que es narcisista, de inteligencia fría, sádico, meticuloso en el ritual de sus crímenes y de una destreza en el manejo de los útiles para el descuartizamiento que hace pensar en que Ada y Jenny - Mauren Ada Otuya , nigeriana, y Jenny Sofía Rebollo , colombiana, de 29 y 40 años, respectivamente- no son sus únicas víctimas. Aceptó ante la Ertzaintza los dos asesinatos ya conocidos y calla sobre el resto de interrogantes del caso. Ante el juez no abrió la boca. Pero fue educado; como corresponde a alguien con este perfil, incapaz de sentir piedad por sus presas.

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