La Alianza de Civilizaciones desaparece de la Estrategia de Seguridad Nacional

Y precisamente, en la elaboración del documento, cuyo trabajo empezó en agosto de 2012, se quiso perfilar mucho en qué va a consistir esa estrategia y cuáles son los riesgos reales a los que se enfrenta España. Pero dentro de esa estrategia no había sitio para el proyecto estrella de José Luis Rodríguez Zapatero: la Alianza de Civilizaciones.

El Gobierno de Zapatero, antes de dejar el poder, dejó aprobada la Estrategia Española de Seguridad, en junio de 2011 . En aquel documento sí figuraba la Alianza de Civilizaciones, en un apartado especial. «La Alianza de Civilizaciones una iniciativa para el entendimiento y la convivencia entre culturas, que intenta desactivar las causas profundas de algunos conflictos posibles y contribuir, por tanto, a la paz », decía entonces el documento socialista. Nótese que estaba impregnado de un lenguaje que podría definirse como puramente «zapaterista».

Sus objetivos, decía la Estrategia socialista, son « reforzar la comprensión mutua entre las diferentes culturas, reafirmando el respeto y reconocimiento recíproco; contrarrestar la influencia de quienes promueven la intolerancia y el enfrentamiento; impulsar la idea de que la seguridad no se puede compartimentar y que la cooperación global es indispensable para la estabilidad mundial y el desarrollo humano». Afirmana que la Alianza de Civilizaciones «ha impulsado planes nacionales y regionales que se deben multiplicar y reforzar en los próximos años».

Entre los fines de la Estrategia Española de Seguridad, el Gobierno de Zapatero quería promover los objetivos asumidos por la Alianza de Civilizaciones y favorecer el diálogo con las confesiones religioas de las poblaciones inmigrantes, sobre todo con el Islam.

Pues bien, a la hora de preparar la nueva Estrategia de Seguridad Nacional , el equipo de Mariano Rajoy lo consensuó desde el primer momento con el principal partido de la oposición, el PSOE . Los socialistas pidieron que se mantuviera al menos una mención a la Alianza de Civilizaciones, pero la respuesta fue un «no». En el documento no queda rastro del proyecto estrella de Zapatero, al no considerarse en absoluto trascendente para los nuevos desafíos a los que se enfrenta la población española.